La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Tiempo de crisis

Una palabra que obliga a remontarse a los clásicos para reconocer su valor

Estamos en crisis, es cierto. Pero si nos remontamos a los clásicos y a la etimología de las palabras, crisis, que procede del griego, no es en origen vocablo de sentido negativo y mucho menos terriblemente nefasto. Más bien al contrario: el término remite a un tiempo de cambios, de toma de decisiones. De separar el grano de la paja, puesto que la palabra tuvo un origen agrario, vinculada a la recogida del trigo. Crisis, para un griego antiguo, consistía en quedarse solo con la parte aprovechable de la cosecha.

De manera que las crisis nos asaltan con frecuencia al borde del camino, en muchos momentos de la vida de cada uno, también en el devenir social de todos los tiempos. Etimológicamente, pues, crisis remite a todo lo contrario a aceptar un destino inevitable.

El tiempo de la crisis es el de la decisión, el análisis, la inteligencia y la valentía. En el caso que nos ocupa, con la batalla planetaria contra la pandemia del coronavirus en su peor trance, es el momento de los dirigentes políticos, de los científicos, de los sanitarios, de las fuerzas de seguridad. Pero también de todos nosotros. Ni ustedes ni yo nos pondríamos hoy seguramente en el pellejo del presidente del Gobierno o del ministro de Sanidad ni de sus respectivos equipos, pero se echa en falta capacidad de liderazgo. En medio de una crisis social o política, sanitaria o económica o en una situación extrema que reúne a todas ellas a la vez, como ocurre en la actualidad, la decisión sobre el camino a tomar depende de quien ostenta el poder y de la capacidad que manifieste para convencer a la población. No puedes erigirte en Moisés y esperar que se abran las aguas del mar Rojo por arte de magia.

Compartir el artículo

stats