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evelio g palacio

Cien años de soledad

Evelio G. Palacio

Abastecimiento asegurado

Domingo de homenaje al Carmín de la Pola. Ramos de Comadres. Tortilla, empanada y bollu preñáu. A la hora del ángelus tañen las campanas del condado. A Peter, que vino de Benín, le preocupa África. "Cuando el virus se extienda por allí, arrasa". En los poblados del país más pobre de la tierra, las casas son de una sola pieza. Dentro solo se duerme. No hay espacio para el confinamiento.

Vigésimo cuarto día macondiano. Desde el viernes 13 de marzo. Tres semanas después, la línea de abastecimiento está garantizada. Despliegue listo para resistir cien años. En soledad. El panadero acerca el pan nuestro de cada día a las siete de la mañana. El periódico, claro. Además de una barra sin sal. Reviven las tiendas de confianza. En el antiguo régimen, las estrangularon los hipermercados. Resucitan con el nuevo mundo: servicio a domicilio, calidad y facilidades.

Una vez a la semana, José deja a la puerta el pedido. Delicadezas de la industria agroalimentaria asturiana y frutas y hortalizas de la huerta. Pili recoge el encargo antes por Whatsapp. La red social resulta inmanejable por la proliferación de grupos. Advertencia de peligro. Riesgo de transitar por el lugar equivocado y meter la pata digital, o el dedo, por colar un mensaje impropio.

Objetivo, reducir al máximo las exposiciones. Evitando las salidas. Para la carne, el condado. Para el pescado, la puebla. Con un viaje al mes al almacén mayorista para el resto, basta. Leche, agua embotellada, laterío, productos de limpieza, bebidas... En el "Cómpralo y llévalo" a mitad de camino entre el condado y la puebla, que suministra a profesionales, atienden media jornada. De mañana. Por el cierre de los bares. Pese a las restricciones, ajetreo. El jabón escasea. Los guantes desaparecen al instante. La mercancía ni se desembala. Desaparece del palet sin llegar a la estantería.

La experiencia perfecciona la estrategia de defensa en las incursiones inevitables. La brigadista impone doble guante en la ida. Para quitar sobre la marcha el par exterior tras la primera oleada de contactos. En el retorno, paso obligado de zapatos sobre una toalla empapada de agua y lejía. Lluvia de alcohol sobre reloj, móvil, llaves y cartera. Peor que una mili con un sargento cafre.

De chistes y entretenimiento provee, desde Gijón, Manuela. "Se recomienda uso de mascarillas dentro de la casa. Para dejar de comer". "Ahora estamos con el 'Resistiré' del 'Dúo Dinámico'. Pronto empezaremos con el 'Y ya no puedo más' de Camilo Sexto. Y luego terminaremos pidiendo el 'Se acabó' de María Jiménez". No para, pura dinamita.

Ana María habla con la vecina. Distancia de seguridad: el ancho de la carretera. El poni de Lelín pasta en la cuneta. Igualdad de derechos con el jabalí. Pasa un coche. Agita la crin. Hoy es lunes postfútbol. La masa grita "volveremos". Parecen del Oviedo. Ellos, desde Suecia, dedican el ocio a refrescar la memoria azul. Reviendo partidos del 98. Y encima con tensión, a pesar de conocer el resultado. La vida. Vivir recordando y anhelando, llorando y riendo es el tesoro que nos queda.

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