Quiero confesar sin ningún malestar ni arrepentimiento que "La balada de las mujeres" de hogaño pertenece a un libro mío premiado con el Premio Carmen Conde de la Colección Torremozas, que comienza de este modo:
Amigas mías, paraos un instante.
A partir de entonces les dejé la palabra, si bien no abrieron la boca hasta que Charito dijo que iba a hacerse un porrete que le gustaba al mismo Dios. Las demás permanecimos en silencio perfecto hasta que ella dijo que estaba de nosotras hasta los pezones que eran fuertes y tiesos como cuchillos.
Y se fue ventoseándose y dejando un hedor putrefacto que nos hizo vomitar.