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Pablo González

Lo que pasó fuera de Asturias

Pablo González

Otra ración de encierro, nada de Pactos de La Moncloa y quejas por la invasión foriata

Sánchez avisa que se alargará el estado de emergencia, la oposición no cree en la mano tendida del presidente para un plan de unidad nacional y los capitalinos siguen viajando a sus segundas residencias

Jueves 9 de abril. Día XXVII de confinamiento. El maldito baile de muertos, que cantaba Aute, prosigue: 683 en un día, menos que en las dos jornadas anteriores. Ya son 15.238, pero cada jornada más españoles abandonan por su propio pie los hospitales tras ganar la pelea.

Sánchez volverá a hacerlo: vendrán otros 15 días de emergencia nacional

Ya se sabía, pero Pedro Sánchez, durante el debate en el Congreso para pedir a sus señorías su apoyo para alargar el estado de emergencia, lo dejó claro. Textual: "Dentro de quince días estoy convencido de que solicitaré otra prórroga del estado de alarma". Como decía aquel que ya no está entre nosotros, correcta la línea, seguimos para bingo. Lo que está por ver es si habrá relajamiento del confinamiento o habrá que seguir almacenando papel higiénico, latas de fabada, cerveza y harina. Como cantaba Manu Chao, "nos engañaron con la primavera".

Otro milagro coronavírico: Vox y los que quieren romper España, de la mano

Se rompe el consenso, si es que lo había, sobre las medidas para contener la furia del bicho. El delirio que está generando el encierro afecta a todos. Tanto, que produce milagros. Vox y los separatistas coinciden. Los defensores de la unidad nacional por encima de todo acaban, seguramente a su pesar, de la mano con los "indepes" que quieren ejecutar un Brexit a la española en sus territorios: nada de alargar el estado de alarma. Y de paso, los verdes de Abascal, además de presumir de músculo en el planeta virtual -"Podemos ya no manda en las redes", dicen tras una "manifa" on line- exigen a Sánchez que abandone el local dejando "il conto" abonado como corresponde a un buen anfitrión: "Pague las nóminas y márchese". Toca tirar de tópico: la política hace extraños compañeros de cama.

Lo esperado: huérfanos de la historia

Se sospechaba, parecía claro, pero, hasta que sus señorías no lo dicen donde deber ser, nada se puede tener por seguro. Aunque a veces la espera sea una absurda pérdida de tiempo. Sea como fuere, esas generaciones de españolitos que en estos días -si es que aún les queda interés por lo que ocurre en estos tiempos- esperaban asistir en directo a la creación de un frente común de la clase política española que diseñara la reconstrucción de lo que quede tras el paso del huracán "Coronavirus" tendrán que seguir silbando tangos desde el sofá. No habrá Pactos de La Moncloa 2.0. Cuentan algunos que los vivieron que no hay líderes como aquellos. Que de los Suárez, Carrillo o Fraga nadie se preocupó de hacer clones. Mala o buena suerte, vaya usted a saber. De lo que sí han disfrutado estas generaciones es de ver sobrevolar el sarcófago por los cielos de Madrid de quien usted ya sabe. Para aplaudir o condenar ese vuelo a cargo del dinero de la caja comunitaria sí que hubo tiempo para hacer más que un esfuerzo. Lo demás, en los próximos libros de historia, que posiblemente los escribirán paisanos de Thomas, Payne, Preston o Beevor. Ya lo decía aquel: "¡Que inventen ellos!".

Los castellanos se quejan de la "invasión"

Las Castillas denuncian que su población de madrileños ha llegado a triplicarse desde que el Gobierno decretó el estado de alarma. Al parecer, cuentan, los viajes de los capitalinos hacia sus segundas residencias se producen de noche aprovechando que no hay tantos controles. Hasta los agentes del orden tienen que dormir. Y para sustentar sus sospechas ponen datos sobre la mesa: inesperados aumentos en el consumo de agua, en el tonelaje de la basura que hay que recoger y el incremento en la utilización de los servicios sanitarios. La veda de la caza del foriato está abierta.

Los resistentes siguen actuando

Los quintacolumnistas que rechazan el confinamiento siguen actuando. El parte diario policial deja algunos casos como el de un tipo en Cádiz que se saltó un control de carretera de la Guardia Civil. Debidamente detenido e interrogado, se comprobó que ya tenía siete denuncias previas por no poder quedarse quieto en casa. En el parte también destaca el joven que fue detenido por colgar vídeos en Youtube saltándose en confinamiento y animando a la rebeldía. Los polis también patrullan por las redes.

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