En estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, la situación de crisis se agudiza en el medio rural y en el no tan rural. Nuestra comunidad autónoma tiene grandes carencias en cuanto a infraestructuras, y el COVID-19 ha sacado a relucir una de ellas: la falta de internet.

Consultando los datos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, podemos comprobar el castigo al que se somete a la zona rural en Asturias.

Tenemos cuatro municipios en los que directamente no hay cobertura de 30 mbps, que es el mínimo que la Agenda Digital para Europa perseguía alcanzar en el 2020. Los cuatro están ubicados en el Occidente asturiano: Yernes y Tameza, Degaña, Illano y San Martín de Oscos.

Las alas son las más castigadas. En Occidente, 28 de sus 32 concejos no llegan a cubrir la mitad de su territorio con este mínimo de conexión; y en Oriente, 12 de sus 17 concejos se encuentran en la misma situación. Pero no solo las alas tienen esta carencia, en el Centro están igual 10 de sus 29 concejos.

Y el principal problema ya no son solo las "zonas blancas". Lo que resulta aún más sorprendente es la cantidad de "zonas oscuras" que hay en nuestra región, es decir, zonas donde no hay cobertura de ningún tipo.

La crisis sanitaria actual, con el consiguiente confinamiento, está evidenciando esta falta de medios, las dificultades que en el día a día de la ciudad no se ven y la gran desigualdad existente entre las distintas zonas de Asturias.

Para cumplir con el teletrabajo, hay personas que han tenido que desplazarse y dejar atrás a su familia para poder cumplir con sus quehaceres laborales, porque en sus residencias habituales no pueden teletrabajar.

Los escolares también sufren esta carencia de medios. Hay niños de la escuela rural que no tienen internet o suficientes datos para poder conectarse a las clases online. Se están dando clases online, lo cual está muy bien, pero si en el medio rural no se pueden conectar, avanzar temario supone una desigualdad hacia estos niños...

Y ya no sólo es cuestión de trabajo o educación, el tiempo libre desconectado de la era digital es un problema en sí. Tal vez suene superficial, pero no podemos disfrutar de la lectura online, de las series o las películas, de una simple videoconferencia.

Se da la paradoja de que, según los datos del Ministerio, Asturias está a la cabeza de personas conectadas. Esto se debe a que el 80% de los habitantes de nuestra región viven en la zona central; y el 20% restante son los habitantes de las alas, quienes mas sufren de desconexión. Una circunstancia que fomenta el despoblamiento rural.

La orografía asturiana tiene mucho que ver en esta falta de conexión, que a su vez, como decía, agrava el problema del despoblamiento€ Es urgente que el Gobierno del Principado de Asturias ponga redes alternativas para compensar esta marginación.

No es de recibo que en pleno siglo XXI, con el fin de la brecha digital tan en boca de todos, aún estemos como estamos en muchas zonas de nuestra región. La Asturias desconectada, en este periodo de alarma, provoca que sus gentes estén doblemente aisladas.