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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La vida se abre camino

La sorprendente presencia de especies silvestres en ciudades silenciosas y vacías

Cuando un tipo de vida se contrae o desaparece, otras vidas se abren camino. Lo dictan así las leyes de la naturaleza, universales e inmutables. Con la mayoría de las ciudades del planeta confinadas y desiertas, las especies silvestres recolonizan sigilosamente los espacios urbanos. Lo estamos comprobando en multitud de vídeos grabados en distintos países, si bien algunos corresponden a épocas anteriores, a lugares diferentes o son falsos, que ni siquiera el mundo salvaje es ajeno a la imbecilidad humana que pretende hacer de cada mentira una verdad irrefutable en la pista más maliciosa del circo de las redes sociales.

El miedo que ha llevado al ser humano al encierro libera a especies que le tienen miedo al hombre. Donde no hay personas a la vista, los animales se sienten protegidos. Allá donde las ciudades desaparecen, las flores hacen pedazos el asfalto con una fortaleza inusitada que parece improbable en la delicada fragilidad de una planta silvestre. La avaricia humana y el descuido del planeta tal vez nos conduzcan sin remedio a un futuro sombrío donde los edificios desaparecerán bajo un manto de buganvillas.

Seguramente esta situación anormal sea flor efímera de unas semanas. Y no se podrá grabar a un cóndor asomado a una terraza de una urbe chilena; o a los leopardos enseñoreándose de algunas calles vacías de India. Cuando los humanos nos confinamos, las especies salvajes se saltan el confinamiento y corretean despreocupadas. Los vemos desde las ventanas, porque ahora el zoológico somos nosotros.

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