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Cuestiones matemáticas

Una invitación a sumar en estos tiempos de pesimismo

Quienes me conocen saben que las matemáticas ni me gustan, ni son mi fuerte, así que esta temporada me he estado autojustificando y atribuyendo a mi desconocimiento el hecho de no entender el concepto de suma que estamos manejando estas últimas semanas.

Es cierto también que esa falta de gusto y de competencia matemática se suple con mi amor por las palabras y por la literatura y pensé, también, que las metáforas sí las entiendo y que, tal vez, si el verbo sumar se estaba empleando figuradamente, ya no era cuestión de no entender el concepto, sino el fondo del mismo.

Nos dedicamos a restar: criticamos y no aportamos; difundimos y no contrastamos; salimos y no cumplimos. No me gustan las generalizaciones, suelen ser muy injustas y atacan a quienes no se lo merecen, vayan las disculpas por adelantado; sin embargo, y aun siendo consciente de cierto pesimismo latente, estas semanas no veo sumas por ningún sitio y creo que es la única manera de poder salir delante de una situación que va a ser mucho más compleja de lo que estamos pensando.

Esto es un ejercicio individual que construye un colectivo. Echarle la culpa "al otro", sea quien sea, no solo no resulta efectivo, sino que es pueril y no ayuda a cambiar nada, a mejorar nada. Si estamos esperando a que hagan las cosas por mí, entonces quedaremos inmóviles y me pregunto si estos tiempos, en medio del confinamiento, no son aquellos en los que más cosas deberíamos estar moviendo por dentro y por fuera. Otra metáfora.

Me produce vergüenza ver cómo nos tiramos los trastos a la cabeza en un "sálvese quien pueda" que me apena reconocer en las noticias o cuando bajo al supermercado. Son tiempos de unidad, de suma, de multiplicación y me llevo la imagen de todo lo contrario: de la resta, de la división, de lo individual.

Siempre he defendido el trabajo en equipo, en red. Como docente creo que esa es una de las claves de la educación de este siglo. Esta pandemia lo ha demostrado así, y por eso me resulta aún más frustrante ver cómo nos negamos a reconocer una evidencia que deberíamos vivir como una oportunidad para construir una nueva sociedad. La que teníamos, ha hecho aguas por muchos lados.

Pese a que me pueda el pesimismo estos días, me obligo a buscar el lado positivo de las cosas, así que cuando leo o me dicen que todo volverá a ser igual, que nada cambiará, que se nos olvidará en dos días, quiero creer, con todas mis fuerzas, que no será así. Quiero creer que aprenderemos que si lo que vamos a decir no es más bello que el silencio, no lo digamos. Quiero que aportemos, no que destruyamos, que bastante derruido va a quedar todo cuando volvamos a encontrarnos.

Así que, en estas estoy. A vueltas con estas cuestiones que no soy capaz de comprender. Ya me lo decían: "Lucía, lo tuyo no son las mates". Será eso.

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