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José María de Loma

Ocio y nubes

Un país en desescalada

No sé lo que les pasa a los que nunca pueden ver la mar. Cada español llevaba dentro un seleccionador nacional. Sin duda, hemos empeorado. Ahora todos llevamos un desescalador. Un país en desescalada, malos tiempos para los alpinistas. Se avecina la liga entre provincias. Álava, Soria, Ciudad Real y Madrid no pasan a la siguiente fase. Y en ese plan. Quién iba a decirle a Javier de Burgos, jurista decimonónico, que su división administrativa de España iba a experimentar este impulso en un país tendente al municipalismo, autonomismo, comarcalismo y cantonalismo. En un país de virreyes autonómicos. Podría ser la gran hora de las diputaciones. No. Supongo que no. Uno vuelve a experimentar cierta curiosidad por el parte meteorológico, ahora que se puede salir con el chaval e incluso desde el sábado salir uno a pasear. Yo nunca paseo solo, dado que tiendo a llevar conmigo mi melancolía, mis adjetivos, a veces un infundado optimismo y siempre a mis fantasmas. Es difícil estar solo. Conozco a un vecino que se ha echado a fumar porque el estanquero es parlanchín. Estudiar los detalles de las fases de desescalada es como meterte en unas oposiciones. El aprobado es la libertad o el fin del confinamiento, si bien el éxito sería erradicar la enfermedad, el virus y tal vez a los apocalípticos. Y hacer test. Habría que testar el plural de test. Parece ser que en castellano es invariable. No por eso el concepto pierde fiabilidad. Cada vez que alguien recuerda el caos económico que se viene encima me enchufo una de Almodóvar o de Hitchcok. Voy camino de la cinefilia ecléctica. Entiendo que también a ustedes, luego de tanto tiempo encerrado y de descubrir vecinos por mor de los aplausos, igualmente habrán tenido ganas de ver "La ventana indiscreta". Mire por la ventana a ver si hay un vecino espiándole. Si tiene un catalejo y la pierna rota a lo mejor está usted mirando la televisión y no la ventana o tal vez esté usted cometiendo un crimen o su vecino sea un imitador de James Stewart. Lo que me resulta raro es que no veamos más ovnis, ahora que miramos tanto el cielo, digo yo que lo miramos, más oportunidades de estar ocioso contando nubes y claros no vamos a tener. O sí, si después de todo esto nos quedamos sin trabajo. Y hay entonces que desescalar socialmente, ahora que habíamos democratizado el modo bon vivant quizás volvamos al proletariado. De clase media a subsidiados. Vamos, para echarse a fumar.

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