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Vela por ti

El mar, escuela de vida

La presencia de socorristas en las playas de Asturias a partir del preceptivo plan anual de salvamento SAPLA no debe cuestionarse con o sin estado de alarma, pues los arenales están concurridos por una u otra causa deportiva, de ocio, pesca o accidente sobrevenido. Empieza la temporada de baños.

No aprendemos. Más ahora en que nos familiarizamos a diario en cada parte de guerra de pandemia tomando como natural los fallecimientos, y es que la vida continua y los riesgos siguen presentes. Esa realidad no se puede negar.

En verano es irresistible el olor a salitre para cualquier humano, con o sin restricciones. De los acantilados saben mucho los equipos de rescate. Las hemerotecas toman buena nota de las intervenciones, siendo el momento actual un disparadero que obliga a estar ojo avizor y dar respuesta inmediata a las emergencias. Un simple paseo se convierte en un traspié y las corrientes o el estado de la mar lo deriva en tragedia.

Para dimensionar la pedagogía y prevención de las actividades en el mar baste aproximarse al dique Lequerica, en Gijón, al pie de un ancla cimentada en el paseo del muelle local. En los sillares el muro de contención se pude leer: "El Mar escuela de vida, vela por ti cuando salgas a la mar, vela por ti quien te auxilia, vela por ti quien te quiere y no te olvida". Oda marinera que LA NUEVA ESPAÑA recogió en 2013 en presencia de las autoridades municipales y marítimas, una iniciativa de la Asociación de Bomberos de Asturias para rendir homenaje a un niño y su tío, brigada del Ejército, cuyas vidas se cobró una mar que cambió de amable a traicionera en un simple paseo.

No hay ninguna explicación para no aplicar ya el plan SAPLA 2020, que incluye el salvamento en Gijón desde el 1 de mayo al 30 de septiembre de 2020. Es obligado poner los equipos de rescate de inmediato, las isócronas de respuesta al salvamento son vitales si están los socorristas, de lo contrario diez minutos de carencia significan el paso entre la vida y la muerte.

El mar es escuela de vida y ellos velan por nosotros, no tengamos que recurrir a más velas que las del viento.

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