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Reactivar la industria electrointensiva, por Fernando Soto

La necesidad de medidas que abaraten la energía para una recuperación poscovid

La pandemia está causando una enorme pérdida de actividad económica, acusada en abril con la hibernación de parte de la industria básica. Para salir de esta gravísima crisis urgen medidas que reactiven la industria y muy particularmente la básica, como tractor de la economía nacional.

La mejora de la competitividad de la industria básica dependerá este año de dos factores: que se alcance la cuantía máxima permitida (275 millones de euros) de las compensaciones del CO2 indirecto y que se potencie el servicio de interrumpibilidad, dotándolo de potencia suficiente (2.000 megavatios) como hacen en otros países europeos.

La compensación del CO2 indirecto de 2019 ya ha empezado su andadura y ahora falta dotarla presupuestariamente con las aportaciones de los ingresos de las subastas de derechos de emisión, 1.240 millones de euros que ya se han recaudado. Estamos convencidos que el Ministerio de Industria cumplirá su compromiso y se alcanzará la cuantía máxima de compensación permitida.

La otra medida es la de potenciar el actual servicio de interrumpibilidad para seguir colaborando con el Operador del Sistema en garantizar el suministro eléctrico y continuar aportando la flexibilidad necesaria en la integración los grandes contingentes de renovables, intermitentes y no gestionables, en un sistema eléctrico, que es una isla eléctrica con sólo 2.600 megavatios de interconexión con Europa.

Según la normativa europea, los mercados eléctricos deben revisarse para lograr la participación activa de la demanda y conseguir un suministro competitivo, clave para la supervivencia de la industria electrointensiva. La industria necesita un precio eléctrico final competitivo similar al de sus competidores europeos y para ello todos los componentes del precio eléctrico deben serlo.

Hasta que llegue una futura normativa del servicio de interrumpibilidad hay que mantener y potenciar el actual, más en estas circunstancias en las que las industrias básicas lo necesitan para reactivar la economía. Italia cuenta con una capacidad de interconexión con Europa central de 4.000 megavatiosy su potencia interrumpible es de 4.400 megavarios, que se reforzó en abril con una nueva subasta de interrumpibilidad para reactivar su actividad poscovid-19. En Francia y Alemania -con mayores capacidades de interconexión- tienen como mínimo 1.500 megavatios de potencia interrumpible.

España cuenta hasta el 30 de junio con una potencia interrumpible de solo 1.000 megavatios, muy por debajo de la italiana, francesa o alemana. Es inaudito que en esta situación sigamos sin noticias de cuándo y cómo será la subasta para el segundo semestre. Sin medidas que potencien la industria la reactivación será imposible. AEGE confía que el Gobierno anuncie ya una nueva subasta de interrumpibilidad con 2.000 megavatios de potencia interrumpible, siguiendo la práctica de otros países europeos.

La industria electrointensiva está comprometida con el reto de la transición energética, y sus aportaciones son necesarias para garantizar la seguridad y flexibilidad que requerirá el sistema eléctrico para integrar los contingentes de renovables previstos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030.

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