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Estación claridad

El permanente proyecto frustrado de la intermodal de Gijón

"No hay nada que dure siempre, ni felicidad, ni tristeza, ni la vida dura mucho tiempo" se dice Laura, atormentada por su infidelidad, regresando en tren a casa tras estar con su amante. En "Breve encuentro", de David Lean, el cruce de caminos de la existencia se materializa en una estación ferroviaria, testigo de la belleza asfixiada de una relación clandestina. ¿Hay lugar más apropiado para la eclosión de los avatares de la vida?

En Gijón también nos decimos que nada dura siempre aunque hay quien se pregunta si le alcanzará la vida activa para incorporar la futura estación intermodal a sus rutinas o será el lugar donde enrolarse a los viajes del Imserso. Yo me he visualizado muchas veces en ella. Partiendo, llegando, yendo a reencuentros. He calculado la distancia a casa, la conveniencia del recorrido a pie. Cada vez con unas coordenadas distintas. Nada se ha materializado en veinte años de espera. Ahora se vuelve a Moreda.

Cada ubicación ha sido definitiva un tiempo. Luego se ha desechado o sufrido la patada hacia delante por complejidades del proyecto, cambios de gobierno o crisis económicas. Todo ha conspirado para perpetuar la provisionalidad de la estación de Sanz Crespo y la agonía de la antigua de autobuses de Alsa, apuntalada como un paciente de UCI. La barrera ferroviaria que dividía la ciudad por el Oeste se ha convertido en un espacio igualmente divisorio pero de raíles amputados, asilvestrado, en sinfonía de grillos y ratas al fondo.

Nadie ha tenido la culpa entera. En estos megaproyectos que exigen dineros de varias administraciones y dependen de las fluctuaciones del mercado inmobiliario, cada cual tiene su "culpina" pero siempre señalando a otro. Pero la vergüenza es colectiva. Una generación ha alcanzado mayoría de edad en Gijón sin una referencia de estación como las que se pisa con envidia en otras ciudades, que muestran al llegar el carácter del lugar que te recibe. Escenarios dignos de grandes pequeñas historias.

Un andén para el cruce de miradas de Benjamín e Irene en "El secreto de tus ojos", donde Hercules Poirot asome el bigote desde un vagón del "Expreso de Oriente", en el que se geste el crimen cruzado de "Extraños en un tren", para el rescate en marcha y a pulso del doctor Zhivago. Adif ofrece sus estaciones como localizaciones de cine o publicidad a las productoras; obviamente, Gijón no figura en su catálogo. Sí Oviedo. Algún día.

Sigamos esperando que no hay túnel que dure cien años, dicen los versos de Elena Walsh. Al menos a su imaginaria "estación claridad" sí iremos llegando.

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