Hay que reindustrializar Asturias, decíamos hace un par de semanas. Hay que aprovechar a fondo el esfuerzo europeo de recuperación en todos los sectores que lo necesitan. Hoy podemos concretar un poco más, porque la semana pasada se presentó "Próxima Generación UE", el plan de Reconstrucción de la UE para ayudar a los países más castigados por el impacto del coronavirus.
La propuesta de la Comisión supone un paso histórico: tal y como habíamos pedido desde el Parlamento europeo, la UE va a emitir deuda para financiar un plan ambicioso -500.000 millones de euros en inversiones directas y 250.000 millones en préstamos- para los Estados miembros. El dinero irá a programas centrados en las prioridades -de las que también hemos hablado antes, y de cómo se traducen en Asturias- de una Europa más verde, más digital y mejor preparada para afrontar la crisis.
¿Podemos estar satisfechos? Creo sinceramente que sí. Aunque las cantidades no llegan a lo que habíamos pedido desde el Parlamento, hay que repetirlo: es un paso histórico. Nunca antes se habían emitido 750.000 millones de deuda para financiar un plan de recuperación, de los que dos terceras partes se distribuirán como transferencias financiadas con nuevos impuestos, nuevos recursos, sin sobrecargar las ya agobiadas cuentas públicas de los países: más Europa como solución a un problema europeo.
A la espera de los detalles y, sobre todo, del resultado final, porque se trata de una propuesta que tiene que ser aprobada por unanimidad, por los 27 socios de la UE, hay que subrayar que no se esperan recortes en los asuntos de cohesión ni en la PAC, políticas fundamentales para España y para Asturias, especialmente en el mundo rural. Tal como hemos peleado desde el Parlamento, los Fondos FEDER de Desarrollo regional se modifican para que favorezcan a los sectores especialmente perjudicados por la crisis, como el turismo, y para ayudar a que no cierren pymes y autónomos.
Y atención, porque dentro de la política de cohesión se crea un instrumento nuevo, React-EU, que va a ser clave para España. Se trata de un fondo de 55.000 millones de euros que se aplicará entre 2020 y 2023 y cuya distribución dependerá del impacto económico y sanitario de la covid-19, pero también de otros criterios, como el desempleo juvenil. Todo indica que España será uno de los países más favorecidos por este nuevo fondo, que en realidad sigue la línea de las reformas hechas en anteriores modificaciones. La flexibilidad se amplía con la vista puesta en los gastos relacionados con la pandemia y no necesitará -esto es importante- cofinanciación de las comunidades autónomas: la UE financiará al 100% los proyectos.
Hablábamos del criterio del desempleo juvenil: se trata de recursos para los que salieron a duras penas de la anterior crisis y empezaban ahora a enderezar sus carreras, y para los que se asoman a un mercado laboral que ha saltado por los aires con el coronavirus. Todos esos jóvenes se enfrentan a una crisis inédita. Por eso creo que la propuesta de que un 15% del plan se dedique al empleo juvenil es algo muy positivo, igual que es muy positivo que haya más recursos para las respuestas a la crisis sanitaria. Y todo, como decía, a través de las prioridades europeas de digitalización, transición ecológica y refuerzo de los sistemas sanitarios.
¿Cómo se traduce esto para Asturias? ¿Cómo se pueden aprovechar las nuevas oportunidades? Fundamentalmente, a través de estos tres ejes:
-Más inversión en sectores clave, como la industria y el transporte (astilleros y puertos), además del turismo y la agricultura ecológica.
-Más inversión en jóvenes y en empresarios y autónomos.
-Más inversión en bienestar y calidad de vida: sistemas de salud, medio ambiente, innovación (universidad de Asturias) y movilidad sostenible.
Creo que el panorama está claro, y ahí están los datos recientes de empleo, los de las empresas y los pronósticos económicos: nos estamos jugando el futuro, y de lo que hagamos ahora, de cómo aprovechemos estas oportunidades europeas, depende en buena medida que Asturias disfrute de más o de menos prosperidad, que sus jóvenes tengan más o menos empleo. Malgastar un solo euro de las cantidades que tenemos a nuestro alcance es un lujo que no nos podemos permitir.
