Europa no es Estados Unidos, que tiene un presidente y un Congreso soberano. Sigue siendo un OVNI (Objeto Volante No Identificado) como la definió Jacques Delors. Una Unión de 27 estados con 27 parlamentos soberanos que muchas veces requiere unanimidad. Compensado sí, por la moneda única y el BCE supranacional.

A la UE no se le debe exigir pues -sería ignorar la realidad- que sea como América. Pero el OVNI existe? y funciona. En la crisis del 2008 el Consejo de los hoy 27 jefes de gobierno no estuvo a la altura, pero al final el BCE de Mario Draghi hizo lo imprescindible comprando, en gran cantidad, deuda de los países más débiles como Italia y España.

Ahora la reacción es más madura. La Comisión de Bruselas -siguiendo el plan de Francia y Alemania- propone un fondo de recuperación de 750.000 millones: 500.000 millones de subvenciones y el resto créditos a largo. Falta la aprobación de todos los estados (hay cuatro reticentes) y de los 27 parlamentos, pero lo más probable es que salga adelante. Europa avanza cuando tiran Francia y Alemania. Y el gobierno de Merkel de gran coalición con los socialdemócratas ha dado un paso de gigante. Europa ayudará no sólo con créditos sino también con transferencias, algo que no estaba en los tratados. España puede recibir así 77.000 millones "gratis total".

Además, el BCE se comprometió en marzo a comprar 750.000 millones en bonos de los estados para contener las primas de riesgo y ya ha comprado 260.000. De ellos 63.000 millones de bonos italianos y 37.000 de españoles. Son porcentajes del 24% y del 14%, muy superiores a las cuotas respectivas en el BCE. Por eso las primas de riesgo (el coste extra de la deuda respecto a Alemania) se han aplanado e Italia se financia ahora a 10 años al 1,41% y España al 0,56% (mejor que los Estados Unidos). Y el jueves el BCE amplió este programa en 600.000 millones. Así pues, un total de 1,35 billones. No es un chorro, es una cascada de liquidez contra la crisis.

Cuando la economía va a caer este año un 10% y el déficit publico subirá del 2,7% a un 10% (o algo más), es evidente que las economías del sur (España, Italia e incluso Francia) no podrán financiar su déficit y el coste de la deuda (que ya bordea o supera el 100% del PIB) sin la ayuda europea. Pero Europa no es un cajero automático. Los países del sur deben demostrar que sabrán canalizar la ayuda para luchar contra la crisis. Y la primera condición "sine qua non" es tener un presupuesto para el 2021. Exigir ayuda europea y seguir con el presupuesto del 2018 de Cristóbal Montoro sería de película de Berlanga.

Pedro Sánchez quería un pacto de todos contra la crisis que englobaría al presupuesto. Tras la actitud del PP en las votaciones del estado de alarma, el gran pacto parece imposible. Pero sería absurdo que la única alternativa fuera sólo la mayoría de la investidura. Primero, porque esa mayoría no es mayoría. Son 167 votos más la abstención de ERC y Bildu y para aprobar los presupuestos se requieren 176. Además, ERC está pendiente de las elecciones catalanas y por eso ha votado dos veces contra la alarma.

Con todo, lo relevante es que el presupuesto debe enmarcarse en un amplio pacto social, con empresarios y sindicatos, y tener las máximas complicidades. Por eso la idea de sumar al PNV, que votó la investidura, aunque no es de izquierdas, y a Cs, que votó en contra, sería adecuada. No sería ya el presupuesto de un bloque contra otro, sino uno de pacto amplio, lo que le daría mucha más fuerza.

En el último estado de alarma el Gobierno tuvo 177 votos (mayoría absoluta) y sólo 155 en contra. Poner de acuerdo al Gobierno con grupos tan distintos como ERC, PNV y Cs -que de entrada se declaran enemigos- no será fácil. Pero es lo que daría una mayoría segura, que lograría un presupuesto ampliamente respetado (por Europa, los empresarios y muchas clases medias), y que dejaría en ridículo a la derecha si se echara al monte.

Claro, eso exige querer un presupuesto no ideológico sino pragmático. Para salir de la crisis. Como en Europa. Alemania renuncia a su dogma del déficit cero y le antepone la necesidad de más gasto público para compensar la gran caída de la demanda.

Pedro Sánchez lo sabe pues pedía unos pactos como los de La Moncloa. ¿Pablo Iglesias? ¿Aragonés? ¿Inés Arrimadas?

No alcanzar este pacto puede implicar quedarnos sin presupuesto. Desnudos ante Europa. O, en el mejor de los casos, tener un presupuesto sólo de bloque cuando la extensión de los ERTE y el diálogo social son la gran asignatura pendiente.