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Javier Cuervo

UN MILLÓN

Javier Cuervo

No confundir PIB y covid

La nueva ola del coronavirus hay que surfearla a dos metros de distancia del más cercano o con la mascarilla puesta. Creo entender a mi viróloga de cabecera, Margarita del Val, que ya está en China, llegó a Irán y sus siguientes escalas son Italia y España. La segunda ola habrá roto en julio cuando bajen de los aviones los turistas que vienen a tomar el sol y a salvar el PIB.

¡Vamos! Mascarillas a la cara, guantes a las manos, manos a la obra. Esto no es el Día Internacional de la Mujer, esto es la Temporada Alta, y uno y otra se parecen en que se han de celebrar a toda costa. Por la presión ejercida de toda la economía -desde Bruselas hasta el bar de la esquina-, de la mayor parte de los medios de comunicación y de un sector de la psicología, hay que ir a tope. Para la segunda ola, la primera que sabe de qué va la pandemia, no habrá exigencia de responsabilidades simultánea a los hechos. Hasta ahora, la exigencia fue premonitorio-retrospectiva, todo el mundo lo sabía aunque nadie lo dijera o todo el mundo lo decía aunque nadie lo supiera...

Ahora la responsabilidad es personal. Para evitar irresponsabilidades sería mejor no crear confusión entre lo sanitario y lo turístico, entre el covid y el PIB. Como observador del telediario mis ojos ven que se respetan las distancias en las playas donde mis oídos oyen decir que hay mucha gente. Se informa, en estado de alerta, de botellones de parque en Barcelona y se ve más distancia entre grupos de asistentes que en muchos establecimientos hosteleros, como si la mejor protección del coronavirus fuera la doble imposición fiscal del alcohol: primero en el súper, luego en el bar. Hay que respetar la distancia intelectual para diferenciar PIB y covid y la distancia personal para que el covid no vuelva a rajar el PIB.

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