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Matías Vallés

El misterio Núñez Feijóo

El éxito del presidente gallego en los sondeos preelectorales

Los criterios del estado de alarma obligarían a garantizar la renovación de Alberto Núñez Feijóo al frente de la Xunta por aclamación. Se evitaría así el riesgo de contagio del coronavirus en las urnas, para un ritual donde solo falta decidir la magnitud de la hegemonía. Es difícil encontrar a un solo partido europeo que tenga garantizado, según el CIS, por encima del 45 por ciento de votos. Los altos cargos electos españoles contemplan estupefactos este listón prohibitivo, en un panorama en que se puede gobernar a partir del treinta según demuestra el heroico Pedro Sánchez.

El triunfo del PNJ, Partido Núñez Feijóo, se complementa con una valoración en torno a seis en dos barómetros consecutivos del CIS. El líder gallego se convierte así en el político mejor puntuado que podría ser presidente del Gobierno, porque Urkullu oscila en esta horquilla pero solo aspira a la independencia. Conciliar la pertenencia a un mismo partido de Feijóo y la madrileña Ayuso bordea lo inverosímil. Idéntica distancia separa al ganador de antemano de Pablo Casado, según los encuestados y aunque gobernar una pieza del puzle sea más fácil que articular el conjunto.

El contraste entre la valoración universal y el enfeudamiento gallego define el misterio Feijóo, que atrae el voto del PSOE y expulsa a Vox según el CIS. El secreto de sus ojos en las fotos con Marcial Dorado no justifica el ostracismo, en un país que votó a Adolfo Suárez recién cambiada la camisa azul, y que venera a Felipe González tras el GAL. El coronavirus debía curar los factores exógenos, pero nada ha cambiado y un mediocre bajo control siempre será preferible a un brillante problemático. Feijóo debió ser candidato del PP a la Moncloa en 2011. Es posible que también le haya pasado su hora, y que engrose la honorable lista de los grandes políticos que nunca accedieron a la Presidencia del Gobierno. A cambio, se ha hecho nacionalista como Fraga.

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