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Tino Pertierra

SOLO SERÁ UN MINUTO

Tino Pertierra

El resentido desvanecido

Sonia: "Siento llevarte la contraria, pero no es cierto que a partir de cierta edad cada persona es responsable de su rostro. Qué va. Conozco a canallas que lucen un rostro luminoso, cordial y amable, y que tras una mirada limpia y afectuosa ocultan a indeseables. Sí, a muchos miserables les delata su expresión, pero, siendo peligrosos, no son los más tóxicos porque se les ve venir con la espada desenvainada. También hay casos en los que ocurre lo contrario: gente que a primera vista produce desconfianza pero da, con el trato, muestras sobradas de que merecen confianza. Fíjate en el cine: hay actores que transmiten una bondad, una generosidad y una honestidad sin fisuras, y por ello interpretan casi siempre a héroes intachables o a mártires por una noble causa. Luego lees biografías contrastadas o artículos rigurosos o entrevistas agudas y descubres que el modelo a admirar es un egoísta violento y mezquino capaz de cambiar el paso para pisotear una flor en el camino.

Es sencillo manipular un rostro si tienes la inteligencia y el tesón que se necesitan. Por eso no conviene fiarse de una sonrisa maravillosa o de unos ojos transparentes hasta no comprobar que esa sonrisa no está pintada y que esos ojos no son falsos. ¿Me dejo dominar por la desconfianza? Pues sí, pero es que tomar precauciones nunca mató a nadie. Y no debemos olvidar que el mundo está mal hecho y la única forma de protegerse contra las consecuencias de sus defectos consiste en esperar lo peor para disfrutar a fondo lo mejor. Admito que hablo con cierto resentimiento. Y no presumo de ello. Pero es un resentimiento preventivo, no ataco nunca con él. Hay personas resentidas que no crean: destruyen. Que no admiran: envidian. Una plaga de resentidos puede convertir el ambiente laboral en un infierno, un proyecto político en un lodazal de ideas y una convivencia de pareja en una guerra sin tregua. Yo ejecuto la estrategia del resentido desvanecido: espero lo peor de quien se acerca, pero me impido darle lo peor de mí. Solo aguardo y estoy atenta a mis espaldas para tener tiempo a esquivar puñaladas llegado el caso".

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