Habrá quien se pregunte cómo la delicada dama de Carbayonia que nos gobierna el municipio ha incrustado al alcaldín Aurelio, comunista de pro, en su equipo de gobierno. La cosa está fácil: no encontraba material adecuado en su propio grupo, a muchos de cuyos integrantes, digamos para andarnos sin rodeos, desprecia políticamente. Miró a su alrededor y no encontró cosa mejor para la cosa de los coches y los humos. Y ahí tenemos al único concejal de IU, presumiendo más que un ratón encima de un queso, que se dice, con sus competencias y anunciando normas a golpe de ocurrencia y disfrazándolas con supuestos informes técnicos. Cuando se vaya, como todos nos acabamos yendo de los sitios, dejará un galimatías de campeonato que ocupará un par de mandatos arreglar y, mientras, a aguantar las salidas de pata de banco del inefable edil que se nos ha creído el gran ordenador de la movilidad local. Frente a estos desmanes, paciencia y templanza: todo pasará y tanto la dama paracaidista como su adlátere cooptado dejarán libres sus poltronas a otros que, esperemos, porque la esperanza es lo último que se ha de perder, lo hagan mejor, en lugar de enredarlo todo.

¿Y cómo nadie dice nada? Pues porque todos andan más o menos igual entre sus huestes. Son grupos muy fraccionados, y en la mayoría de ellos el buen entendimiento brilla por su ausencia entre sus integrantes. Ahí tenemos sin ir más lejos a los pobres -dicho literalmente- de los pobres del PP, que no tienen ni para pagar el alquiler de su sede en Álvarez Garaya y que pronto habrán de desalojar. Les pasa que Alberto Manuel López -Asenjo García, anteriormente Alberto Manuel López García- Asenjo -nos informa alegre y cantarina la Wikiped ia-, a la sazón paracaidista en jefe del grupo municipal popular, no les suelta el parné de la contribución con la que el Consistorio subvenciona a las diferentes formaciones que componen el Pleno. Sucede que cada final de año tienen los grupos que justificar ante Intervención con sus facturas y documentos correspondientes en qué se han invertido esas generosas contribuciones, y hétenos aquí que hay concejales del propio grupo municipal que no están muy seguros de lo que va a pasar porque, salvo el portavoz del grupo, nadie sabe nada de las precitadas subvenciones. Es una situación lastimosa, pero un grupo municipal en esas condiciones no está en condiciones de hacer oposición alguna a los mandamases socialistas.

Definitivamente, a esta Corporación municipal no hay muy bien por dónde cogerla, y, de hacerlo, utilizar unas pinzas porque contamina de manera fulminante inepcia en su forma más agravada: no hay bando que se salve.