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José María de Loma

Menú del día

El perjuicio que causa el teletrabajo a los bares y restaurantes

El teletrabajo mata el menú del día, dicen en las noticias. Qué hay de postre. La falta de oficinistas en las oficinas está dejando a los restaurantes de diario de las grandes ciudades vacíos y tristes. Que si las albóndigas llevan salsa. El teletrabajo mata el menú del día pero tal vez esté usted desmintiendo esto mientras da cuenta de la rosada después del gazpacho y antes del flan en Casa Paco.

El menú del día derriba clases sociales, une compañeros, proporciona cotilleos y ahorra transportarse hasta casa. Por no nombrar el placer de comer paella un lunes. En las empresas siempre hay dos bandos: los del menú y los del túper. Hay agentes dobles, claro, túper a veces, menú en otras ocasiones. Los que se van a casa son unos privilegiados o tienen obligaciones domésticas o son insociables. Y no se enteran de nada, Bermúdez se ha separado. Pero claro, de Bermúdez se habla comiendo. Si te vas a casa no te coscas. Aunque bien pensado, si te vas a casa es a lo mejor cuando no te separas.

En el menú del día hay una gran tendencia a la papa frita, que llena y gusta a todo el mundo. Para no tener remordimiento te pides de primero una ensalada, que si el sitio es cutre solo tiene lechuga, tomate y cebolla. Si es algo mejor, le enseñan el atún e incluso se da el caso de la posible aparición de un par de aceitunas. Oiga, que esto viene sin aliñar. No, si le parece, por ocho euros le pongo virgen extra. El café no está incluido pero siempre lo pedimos a ver si cuela, aunque generalmente nos cuelan un euro más, al que hay que sumar otro euro y pico si pides durante el almuerzo una segunda bebida. El menú hiperbarato de ocho euros te acaba costando diez y pico, pero sigue siendo muy barato opina el jefe, que sí tiene cincuenta euros a la semana para comer fuera. Ahora, el teletrabajador se apaña una olla de macarrones o se pone gourmet y se abre una Mahou y una lata de paté mientras apaña unos informes, redacta alegatos e hierve el grupo de Whatsapp y un puñado de arroz. Nadie sabe si el teletrabajo ha venido para quedarse, aunque lo que si sabemos es que no estamos dispuestos a quedarnos con hambre. El bar de la esquina es uno de los pilares de la sociedad española, que no hagas callos Manolo, que hace mucho calor. Habrá que ir al menos a tomar una caña. Aunque lo ideal sería poder ir a trabajar. Fuera o en casa. El menú que viene trae de primero crisis. Y el postre amargo ya lo hemos visto otras veces.

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