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Alejandro Ortea

VARADERO DE FOMENTO

Alejandro Ortea

Pelotilleros mal avenidos

Los gobernantes en la villa marinera y en la verde provincia asturiana no se llevan bien

El despropósito de cerrar el Muro al tránsito entre el Piles y el Náutico ya sabemos que está hecho a tontas y a locas. Que fue puesto en marcha cuando todos estábamos confinados y la carretera de la Costa aguantaba perfectamente el flujo de los escasos vehículos que circulaban por la ciudad. Ahora viene lo malo y, aún así, la cantidad de coches no es la de estos años atrás, debido a las especiales circunstancias que vivimos.

Al ocurrente alcaldín Aurelio para los coches y los humos también se le ocurrió cerrar la circunvalación del Molinón y hacer alguna que otra perrería por el otro lado del río por Dr. Fleming, lo que levantó un general encocoramiento y, sobre todo el personal, entre los directivos camerales, empeñados últimamente en su particular disputa con el Principado sobre si Feria sí o Feria no. Independientemente que ambas partes tienen razones poderosas, habrá que reconocer que, en el orden de mantener al virus en su sitio, es decir, lejos, gentes circulando en estado libre por la Feria, dando vueltas en círculo de acá para allá en un recinto, amplio, aunque cerrado, no parece muy conveniente.

El que no haya FIDMA en su sexagésimo cuarta edición es un palo económico de aúpa para la entidad cameral puesto que de su celebración dependen los abundantes recursos económicos que hacen de la gijonesa una cámara de comercio próspera, en comparación, sin ir más lejos con las decadentes y pobretonas de Oviedo y Avilés.

No es el actual ejecutivo asturiano con el habitante de Suárez de la Riva al frente un especial amigo de las cuestiones que se suscitan en esta villa marinera. Probablemente si estuviera localizada por la parte de las cuencas se mirarían sus cosas con un cariño especial, pero no es el caso. Tampoco ayuda el híspido y poco amigable carácter de la gentil dama de Carbayonia que gobierna desde la mismita orilla del Cantábrico a lo que se debe añadir su escasa empatía tanto con el presidente regional como con su conspicuo y poco hábil vicepresidente.

Colocados así lo bolos de esta partida, no nos extrañemos de que las cosas no vayan a mejor ni se otee en lontananza una especial buena relación entre las dos administraciones. En lo de las estaciones y plan de vías parece que estarán de acuerdo, pero más que nada porque a ambas partes les conviene hacer la pelota al ministerio de Ávalos, no por otra causa, y frente al patrón de la administración general no les queda a estos blanditos sin imaginación otra cosa que decir amén.

Por cierto, finiquitó la XXXIII Semana Negra y lo hizo con bien. Otra vez amén.

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