Desde la irrupción del covid-19, la Humanidad anda estupendamente servida de relatos apocalípticos. Sin embargo, desde hace unas semanas, por los canales de youtube, especialmente los dedicados al mundo del cómic y el cine superheróico, a la pandemia se las ha venido en llamar "la contingencia", lo que no deja de ser una llamativa forma de desvelar cómo la generación millenial se aparta de la nueva normalidad, dotando de carácter eminentemente transitorio al nuevo régimen. Es curioso cómo la cultura pop contemporánea, maravillosamente consumista y hedonista, y tan estrechamente ligada a los espectáculos como a los grandes acontecimientos, considerados como hitos que marcaron el devenir de sus vidas, rechaza la aceptación de un apocalipsis, aplazando ese futuro económicamente incierto a otro momento mediante la celebración de conversaciones en formato zoom o bien planeando conciertos en streaming que tuvieron lugar en otro momento. Esto viene a confirmar que nos aferramos al pasado para atenuar la incertidumbre del futuro. El pasado se ha convertido en el opio del pueblo.
En estos días me encuentro absorto en la muy recomendable lectura del último ensayo del novelista y pensador Xandru Fernández, titulado Las horas bajas. Un falso ensayo sobre el fin de los tiempos, donde el Universo Cinematográfico Marvel y, especialmente, sus dos últimas películas dedicadas a Los Vengadores, cobran gran importancia para darnos cuenta, entre otros asuntos, de la percepción que tenemos sobre el fin de la humanidad, a través de la generación que identificó el curso de su propio tiempo con el de su propio desarrollo, la generación del baby boom. No es extraño que para esta generación, los días de covid tengan que ser vistos como una masacre similar a la del chasquido de Thanos, el titán loco. "Podemos concebir el fin de la humanidad, pero no el fin del capitalismo", respondería Fredric Jameson a este asunto. Pero sospecho que la generación millenial lo tiene más claro que la generación del baby boom, porque identifica el capitalismo con la Humanidad, es decir, un capitalismo sin alternativas, y si no vean en qué se ha quedado el 15-M, lo que vendría a confirmar que la pandemia, en términos políticos, económicos y sociales, en el contexto del capitalismo online, solo sería una contingencia, o mejor aún, un incidente, tal y como es también designado en las series televisivas del relato marvelita, al ataque de Nueva York en la trepidante "Los Vengadores", dirigida por Josh Whedom.
Algo similar sucede cuando la mitad del universo desaparece tras el chasquido de Thanos, una vez que se ha hecho con las cinco gemas del Infinito. Al igual que con las víctimas del covid, en la película de los hermanos Russo, la mitad de la Humanidad no puede guardar el duelo por sus seres queridos, creando un gran complejo de culpa sobre la que se intentará reconstruir un mundo sin consuelo, a menos que algo o alguien sea capaz de cambiar su rumbo, y ese rumbo sólo es posible cambiarlo alterando el pasado sobre el que se fraguó. Quizá porque nosotros nunca podremos cambiar el pasado, seguimos nuestro propio rumbo, ajenos al dolor y a la pena. Ay.
