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Una leyenda jubilada

Noticias de verano que desplazan al monstruo del lago Ness

Nunca sabré si me apasiona más el whisky o la leyenda, el caso es que ambas inclinaciones me llevan a Escocia cada cuatro o cinco años. Este año no me resigné, desafiando a virus y negacionistas fui a recrearme en las Highlands. Un narrador que no haya pasado la noche recostado en las piedras del Castillo Urquart, soportando frío, lluvia y niebla en una oscuridad de negrura espesa como el chocolate, retumbando en las montañas el eco de los escalofriantes ronquidos de Nessie, el monstruo del lago Ness, lo siento, a ese escritor le falta la licenciatura.

Cameron Scott, el guarda del lago, me recibió efusivo como siempre, pero, algo me decía que la alegría de otros años perdía enteros. Mientras bajábamos a Lossiemouth dando un paseo, me sorprendió el hecho de no encontrar tráfico rodado ni paseantes, nada que ver con otros años, atiborrado de turistas, cadenas de TV, periodistas, documentalistas, que, como cada año, se reunían para fotografiar al monstruo serpenteando por las aguas del lago Ness y así cubrir la primera de su periódico o abrir un noticiario en TV. Ríos de tinta corrían tras el monstruo del lago Ness todos los veranos. No había otra noticia.

-Camerón, ¿qué esta pasando? -le pregunté, temiendo lo peor -¿No estará Nessie enferma?

-No, hijo, no, el monstruo goza de una salud de hierro -me miró con sus ojos azules enmarcados en una cejas blancas y pobladas como dos madejas de pura lana virgen -. Se trata de la feroz competencia en el protagonismo de la noticia. Amigo, Smith, Nessie se ha quedado compuesta y sin prensa.

Smith en inglés es Herrero. Llegamos a la taberna, la botella de Johnny Walker saltó por reflejo condicionado hasta el lugar que ocupaba el guarda Scott. Bebimos. Cuando el nivel soltó la lengua a Mr. Cameron, me explicó:

-Habéis jorobado los españoles a Nessie, le habéis robado la noticia del verano. Primero, el coronavirus y el rifirrafe con la alarma y la desescalada, hubo tema de primera. Vino luego lo de la corona y la Corina, toda la prensa del mundo mundial pendiente del monarca Juan Carlos I, un rey que se lió con una serenísima chantajista para vaciar las arcas del país, colocar los millones a buen recaudo y salir por pies, y se fue al paraíso de Ali Babá y los cuarenta mil ladrones, donde persiste una monarquía totalitaria y salvaje, especialista en cortar cabezas y lapidar mujeres, que apoyaron a los carniceros saudís que despiezaron al periodista Khashoggi de "The Washington Post", al que vimos entrar por una puerta en un consulado saudí de Estambul y salir por la de servicio convertido en chorizos, pues, hale, ahí le dieron cuartel a vuestro rey, 12.000 euros la habitación con desayuno. Por si fuera poco, el F.C. Barcelona pierde 8-2 con el Bayern. Con todo ese arsenal de noticias, Nessie, nuestro monstruo de verano se va del lago, por lo visto lo contrataron en un Mc Donald del sur de Glasgow para entretener a los peques. En fin, pobre Nessie.

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