La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La tarta imposible, por Pedro de Silva

Antes se empezaba a hablar de la siguiente Diada ya al filo de la primavera (por San Jordi). Como de una de sus ediciones, la de 2012, venía la marea independentista que había hecho reubicarse a todos los partidos catalanistas para pillar ola y no quedar varados, la Diada marcaba la agenda política del año. La pandemia se la ha llevado por delante tal cual era, una exhibición del poder de las masas ocupando la calle mano con mano y hombro con hombro. Hacia dentro funcionaba como reconstituyente sinérgico de ese poder, hacia fuera como rugiente amenaza. Los organizadores hacían alarde de su capacidad para contenerlo, dirigirlo, vestirlo de colores y darle formas imaginativas que exhibieran de paso la supremacía creativa del soberanismo. Al parecer para la Diada del 11 de septiembre proyectan una crema virtual con guindas presenciales, pero sin masa no hay base y sin base no hay tarta.

Compartir el artículo

stats