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Mercados y democracia

Los mensajes falaces de los políticos con el altavoz de los medios de comunicación afines

Son los mercados, en opinión del liberalismo, quienes deben regular la economía. La oferta y la demanda deben de fijar los precios. El problema, hay otros, pero el principal, es que los mercados no son libres, quienes defienden esta teoría los manipulan con prácticas casi mafiosas para que los precios finales sean los que a ellos les convengan. Los mercados de futuros, el acopio de materias primas o la destrucción parcial de las cosechas para multiplicar el precio del resto son algunas de las prácticas habituales.

La democracia es el poder del pueblo que debe elegir libremente en función de sus ideas y sus deseos. El problema, es que como en el caso de los mercados, la opinión del pueblo es manipulable. Apenas hay información veraz, cada vez es más difícil separar el trigo de la paja. Falsedades evidentes se repiten tantas veces que acaban entrando en el subconsciente de una sociedad, que por otra parte, pone, en muchos casos, poco de su parte para evitar esta manipulación.

Los mensajes falaces de los políticos con el altavoz de medios de comunicación afines, muchos creados únicamente para mentir, de las redes sociales y sus miles de cuentas falsas, colaboran en gran medida a que la percepción del ciudadano se vea enturbiada y con ella su capacidad de decisión. Apenas se distingue en los medios lo que es información de lo que es opinión y una acusación falsa es suficiente para pedir dimisiones a cualquier nivel, lo que deja ver que la Justicia que debiera de ser otro de los pilares de la democracia, al admitir unas acusaciones y rechazar otras en función de filias o fobias, aún a sabiendas de que acabarán archivándose, consciente de que mientras dure irá minando al falso acusado, "difama, que algo queda", necesita urgentemente algo más que un lavado de cara.

El Partido Popular se niega sistemáticamente a la renovación de los órganos judiciales. Estos órganos, cuyos miembros llevan años en funciones, han sido elegidos por ellos cuando tenían mayoría absoluta, lo que les da una ventaja que compensa la que han perdido en las urnas. Son los mismos que manipulan los mercados, quienes manipulan y poseen los medios y quienes financian a los partidos que mantienen la eterna provisionalidad de los órganos judiciales. Son los mismos que desde hace siglos rigen los destinos de este país y ponen y quitan reyes y peones a su conveniencia. Los que forzaron una transición como las lentejas, o las comes o las dejas, para cambiarlo todo para que todo siguiera igual.

Tenemos capacidad suficiente para saber quién es el enemigo, solo tenemos que ser conscientes de quiénes somos y recapacitar un poco. No es tan difícil.

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