La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tino Pertierra

SOLO SERÁ UN MINUTO

Tino Pertierra

La suma de las restas

Fernando: "La suma de mis restas multiplica mis divisiones. Es una forma de reivindicar mi capacidad de convertir mis debilidades en una forma inestable de fortaleza, de ampliar mi radio de emoción y hacer que las dudas no solo no me bloqueen sino que me estimulen para intentar avanzar cuando todo me dice que pare o vuelva sobre mis pasos. O que huya. No por casualidad tengo como fondo de escritorio un proverbio de algún lugar remoto: 'Hombre mojado no teme a la lluvia'. Y es que acumulo tantos chaparrones sobre mi cabeza en cuatro décadas de vida (la primera no cuenta, mi infancia no estuvo mal) que uno más no me inquieta, ni siquiera me preocupa. Es más, si no va acompañado de rayos y truenos puede ser incluso refrescante, motivador, sugerente como un amor inesperado y saludablemente fugaz.

He llegado a la conclusión de que no hay por qué sentirse orgulloso de todo lo que se hace, pero conviene no avergonzarse a menudo por lo que no haces. Y eso me empuja a aceptar retos que otras personas nunca se atreverían a considerar apetecibles. Hay algo de temeridad en esa actitud, lo reconozco y me enorgullezco de ello. En asuntos laborales tengo muy claro que si doy la vuelta en la cama cuando suena el despertador y no me levanto hasta diez minutos más tarde es señal de que debo irme. Y me voy. No me duran mucho los trabajos pero ninguno de ellos ha podido frustrarme. Casi nunca coincide lo que esperan de mí con lo que yo quiero, así que tengo siempre preparadas las maletas para no necesitar muletas.

En asuntos sentimentales siempre he dejado claro que no acepto compromisos y detesto el lenguaje sentimental. Lo tomas o me dejas. 'No hago planes ni preparo el desayuno', dije a Mónica, y ella lo aceptó hasta que dejó de hacerlo y empezó a planear un futuro común que yo no estaba dispuesto a aceptar. Y como decía un personaje de no sé qué película, no soy mala persona, pero hay ocasiones en las que no me porto bien. Mi conciencia está sana, gracias, y he aprendido a negociar con ella un canje de arrepentimientos y abandonos".

Compartir el artículo

stats