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Un equívoco sobre el racismo

La importancia de respetar la diversidad biológica y étnica de las personas

El resurgir en potencia del movimiento Black Lives Matter tras el asesinato despiadado de George Floyd a manos de la policía no aconteció en vano. Desde entonces, en los Estados Unidos se están viviendo episodios de tensión social y política que serán claves para el desenlace de los comicios del 3 de noviembre de este año que enfrentarán al actual presidente republicano Donald Trump y a su oponente demócrata Joe Biden. Los abusos policiales y las protestas parecen azuzarse recíprocamente, los enfrentamientos raciales dan pie a la formación de una hostil rivalidad de la clase política en plena campaña electoral y gran parte de la sociedad reacciona posicionándose, opinando e involucrándose activamente en el asunto.

Entre la avalancha de juicios y pareceres sobre la situación racial estadounidense y sus implicaciones, tropecé varias veces con un planteamiento recurrente que, lejos de ser el que más ha podido asombrarme, me dio que pensar: "Solo existe una raza: la raza humana". Utilizada mayoritariamente por personas blancas, la premisa entrecomillada se traduce implícitamente en la idea de que la diferenciación racial se encuentra necesariamente ligada a la discriminación.

Los términos raza y especie no son objeto de consenso en la doctrina y los utilizaré para poner un nombre más o menos pertinente a las nociones que voy a tratar; aun así, el uso inoportuno de conceptos biológicos no ocupa un lugar relevante en el debate público actual.

Si bien no es posible realizar una clasificación cabal de las distintas razas humanas, pueden deslindarse diversos grupos étnicos básicos en los que se engloba una gran cantidad de personas teniendo en cuenta características físicas distintivas, como el color de la piel o el cabello, que se transmiten por herencia de generación en generación.

Aceptar que no hay más que una sola raza, la humana, con el fin de predicar una visión antirracista de nuestra especie -todo depende del motivo con que se utilice este argumento? es racista; a pesar de que quienes defienden esta homogeneización no tengan, seguramente, la intención de serlo. Si entienden que para erradicar la discriminación racial en nuestras sociedades es necesario obviar las razas existentes, puede concluirse que no han comprendido cuál es la esencia del racismo y, en consecuencia, la manera de remediarlo sin caer ellos también en prejuicios racistas, ya que estarían considerando de forma implícita que las diferencias raciales deberían ser objeto de segregación y la solución al problema sería, por ello, soslayar la existencia de razas en nuestra especie.

Este argumentario está presente en otras situaciones en las que es constatable algún tipo de discriminación, como en el caso del machismo, en el que la teoría queer trata de solventar todos los males causados defendiendo la destrucción de los géneros con el fin de que estos no provoquen más estragos. También podemos encontrar esta lógica en otro tipo de polémicas: "No hay cuerpos bonitos o feos" o "todos los cuerpos son bellos". Aunque los conceptos de belleza o de fealdad son subjetivos -así como el de raza?, considerar que una persona no nos provoca placer sensorial debido a una supuesta condición de repulsión estética, por ejemplo, no es lo mismo que discriminarla por ello.

El racismo no es la ideología que defiende la existencia de varias razas en el seno de la especie humana. El racismo es la ideología que enaltece la superioridad de la raza propia frente a las demás. Ateniéndose a su definición, quienes consideran que la solución a esta lacra social es eludir la presencia de razas humanas en el mundo, no deben de darse cuenta de que están enfocando la cuestión desde un prisma equivocado. La verdadera problemática se encuentra en la creencia de que una raza es mejor que otra y todos los efectos negativos que implica este convencimiento. Entender esto es la llave que abre la puerta a eventuales soluciones más acertadas y libres de prejuicios racistas, las cuales no harían hincapié en la idea de que hay una sola raza humana o en una homogeneización forzada de la pluralidad biológica y étnica de las personas; en todo caso, pondrían de relieve que la existencia de diferentes razas en nuestra especie no es relevante cuando se habla de racismo: lo que verdaderamente importa es que la diversidad no sea un obstáculo para el respeto y la igualdad y no tener que obviarla para que estos dos valores estén presentes en nuestra sociedad.

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