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José María de Loma

El whatsapp indiscreto

Los mensajes entre Pedro Sánchez y Pablo Casado

Sánchez asegura que en agosto pactó con Casado que se renovarían las instancias que ahora están bloqueadas y sin renovar, como el Consejo General del Poder Judicial o el de la RTVE. Pero Casado dice que no. No hay por qué creer a ninguno de los dos. La comunicación fue por whatsapp. ¿Se imaginan que Casado, Sánchez, Iglesias, Arrimadas y Abascal tuvieran un grupo y Torra todo el rato diciendo que quiere salirse y Urkullu de puro hipotenso sin escribir nunca? El PP asegura que el "ok" fue un equivalente a "recibido" pero los socialistas afirman que el líder de los populares acordó cosas con el Presidente en ese intercambio de mensajes.

No se puede dejar el whatsapp en manos de cualquiera. A Trump sus asesores quieren despojarle del teléfono, sobre todo temprano cuando ve los programas de actualidad de la televisión matinal y comienza a tuitear como un becerro contra medio mundo. El otro medio duerme. El whatsapp es un arma cargada de futuro. Y de peligro. Casado y Sánchez no se hablan pero se envían mensajes. A lo mejor lo hacen cuando se toman dos cervezas, como le pasa a esa gente que, de madrugada, de farra, se acuerda de un o una ex y le envía un desinhibido mensaje. Por si acaso. Y a la mañana siguiente, vergüenza y arrepentimiento. Pero eso era antes. Ahora los bares cierran a la una y a no ser que comiences la juerga a la hora de comer, cosa posible, para la una no está el personal tan, digamos, liviano, como antaño a las cinco de la mañana. Claro que también hay que ser friki para estar calentito a copas o euforia y acordarte de renovar lo de los jueces o lo de TVE, el Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo. Yo soy más de acordarme de que tengo que pedir otra. O irme a casa. Todas esas instituciones que hemos nombrado están paralizadas, a lo que se ve, desde hace mucho. No hay tiempo para estas cosas. Lógico. Hay que ocuparse del colapso de la sanidad, de la pandemia y de la vuelta al cole, asuntos sinónimo de desastre total. El nivel de la conversación pública de nuestros líderes es me has puesto un whatsapp, no yo no te he puesto nada, que sí, que no, pues enseña el teléfono. Si el medio es el mensaje, como decía el viejo adagio comunicativo, el mensaje en este caso es que la comunicación no fluye o fluye por canales adolescentes o no saben interrelacionarse. Casado no aprovecha la ocasión de los Presupuestos para moderarlos un poco a su gusto y Sánchez se chivatea de cómo hablan y de qué. No quiero ni imaginarme los emoticonos que emplean.

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