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Gijón le debe una calle

La propuesta para que el exalcalde José Manuel Palacio dé nombre a una vía de la ciudad

Se cumplen en estas fechas quince años del fallecimiento de José Manuel Palacio, primer alcalde democrático de Gijón, cuya herencia, pese a los intentos de esconderla, está a la vista en la ciudad, miremos hacia donde miremos.

Se cumplen también catorce años de la inauguración de un monolito en su memoria en uno de sus parques, el de Los Pericones. Este monolito hubo que retirarlo al ser vandalizado, entre otros, por un partido político primo hermano de uno que ahora asienta sus reales en el Ayuntamiento y fue sustituido por una simple placa en las paredes de una construcción allí existente, a suficiente altura para dejarla a salvo de impresentables.

En el acto de inauguración de este monolito, la entonces alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, prometió que José Manuel tendría, además, una calle que honrara su memoria en Gijón. Catorce años después, tras varios conatos que terminaron mal, para regocijo de unos pocos, José Manuel sigue sin calle.

Ahora, desde el Ayuntamiento se ha anunciado la retirada del nombre de la avenida que en su día se dedicó a Juan Carlos de Borbón. El PSOE local, a través de su secretario general, ha propuesto como nuevo posible nombre el de José Manuel Palacio. La Alcaldesa, de su partido, ni confirma ni desmiente, simplemente dice que para el nuevo nombre quiere consenso.

De manera informal, he hablado con los grupos municipales democráticos para preguntarles, si una vez tomada la decisión de retirar el nombre del antiguo rey, plantearían problemas a que a la avenida se le dé el nombre de José Manuel. La respuesta ha sido unánime, en algunos casos, incluso con entusiasmo: ningún problema.

Es una oportunidad única para que Gijón pague su deuda, tenemos una avenida importante que sí o sí va a cambiar de nombre, una propuesta del partido que sustenta al grupo municipal que nos gobierna y la promesa de consenso de los grupos municipales democráticos.

Solo queda el último paso, los grupos municipales democráticos pueden proponerlo a la Alcaldesa, o puede ser la Alcaldesa la que de ese paso pidiendo el consenso a los grupos. De una u otra forma, Gijón tiene una oportunidad de oro, tal vez la última, de pagar una vieja deuda.

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