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Unos presupuestos por Asturies y para su gente

La necesidad de un tiempo de manos tendidas para buscar acuerdos políticos que debe propiciar Barbón

Unos presupuestos por Asturies y para su gente

La elaboración, negociación y aprobación de unos presupuestos supone uno de los momentos decisivos a los que se enfrenta cualquier equipo de gobierno, ya sea en el ámbito municipal, autonómico, estatal o europeo. Porque las cuentas tienen tanto o más peso que las palabras, suponen la dotación de recursos para llevar adelante políticas y la concreción de los compromisos parlamentarios y de las promesas electorales.

Estamos iniciando el penúltimo mes del año, el calendario apremia y la pandemia aprieta. Si la negociación presupuestaria siempre ha sido crucial, en esta ocasión lo es aún más. Asturies, como el resto del mundo, está haciendo frente a un enemigo inesperado que amenaza la vida, la salud, el empleo y el bienestar de mucha gente, sin distinción de confines ni fronteras. Como asturianas y asturianos nos toca hacerle frente aquí y ahora desde todos los ámbitos. La evolución de contagios de la COVID-19 anuncia semanas, quizás meses, muy difíciles. Pero la sociedad asturiana superará esta situación de emergencia, y lo hará gracias a su mejor valor: su gente. Gracias a toda esa gente anónima que seguirá defendiendo y manteniendo con su labor diaria el sector sanitario y el educativo, los servicios sociales, la función pública, el comercio, la hostelería, los cuidados de personas mayores, el transporte, el campo, la cultura, los medios de comunicación…

Quienes tenemos la responsabilidad y el privilegio de representar en la Xunta Xeneral a esa enorme sociedad asturiana no nos podemos quedar atrás en este esfuerzo colectivo. Las cuarenta y cinco diputadas y diputados que formamos parte de la Xunta Xeneral tenemos la obligación ética de hacer un profundo ejercicio de reflexión y de generosidad. Es momento de dejar a un lado el partidismo y el sectarismo para sondear todas las posibles vías de diálogo y de entendimiento que nos ayuden a sumar acuerdos y consensos con vistas a los que serán, probablemente, los presupuestos más determinantes en toda la historia del parlamentarismo asturiano. La crisis derivada del coronavirus, lo dicen todos los indicadores económicos, está teniendo efectos inmediatos y devastadores para el sector productivo. La economía y el mercado laboral se desmoronan, y es preciso tratar de dejar atrás esta debacle lo antes posible, tomando la iniciativa para minimizar los daños en los sectores más damnificados.

En esta coyuntura, es necesario que haya manos tendidas en el Parlamento asturiano, cuantas más mejor. El Debate de Orientación mostró que es el momento de pasar de las palabras a los hechos. Es imprescindible superar el relato vacío de “ni una mala palabra, ni una buena acción”. Recae en Adrián Barbón, como presidente, el deber y la responsabilidad primera de propiciar acuerdos políticos que se traduzcan en partidas presupuestarias, sin obviar que las tres fuerzas de progreso y de izquierda representadas en la Xunta Xeneral sumamos una amplia mayoría parlamentaria refrendada por los votos de cientos de miles de asturianas y asturianos que, más allá de las siglas de la papeleta que metieron en la urna hace un año y medio, nos atrevemos a decir que coinciden en un ideario común que pasa por el mantenimiento y refuerzo de los servicios públicos, la defensa de las políticas de solidaridad y la salvaguarda de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Entre otras muchas cosas, esta pandemia supone también una prueba de resistencia de ese ideario; se trata de constatar si resiste o no el puente que nos ha de llevar a un futuro de progreso y libertades en medio de vientos hostiles. A nivel estatal ya ha quedado patente que las distintas izquierdas pueden compartir y recorrer juntas una parte importante del camino. Nos corresponde acompañar las medidas y las actuaciones que está implementando el Gobierno central, complementándolas y reforzándolas desde el Ejecutivo y desde el Parlamento asturianos con actuaciones y medidas que respondan a las necesidades concretas y a los retos propios que se le plantean a nuestra tierra ante esta situación.

Los partidos políticos son herramientas necesarias y legítimas para defender los intereses de la ciudadanía en las instituciones. Pero muchas veces, más de las que quisiéramos, olvidan mirar hacia afuera y viven ensimismados. Con estructuras inmovilistas que tienen como objetivo último su supervivencia. Ningún partido político es más importante que el conjunto de la ciudadanía asturiana. Empezamos este artículo diciendo que el mejor y el mayor valor de Asturies, la materia prima más valiosa de esta tierra, es su gente. Lo terminamos afirmando que el partido político más decisivo e importante es la propia Asturies, que espera y exige que sus representantes políticos se esfuercen, más que nunca en estos tiempos, para tratar de hablar el lenguaje común de la autoestima, la iniciativa y la esperanza. El compromiso es claro: desde nuestro grupo parlamentario seguiremos trabajando por los presupuestos que Asturies merece y la gente necesita.

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