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Jesús del Campo

Lo que nos piden

Sobre la situación política actual

Como las noticias tienen la mala costumbre de acumularse, no dejan que te quedes con las mejores. La alcaldesa de Gijón pidió a la ciudadanía que no compre en Amazon, eso es bueno. Es bueno que nos lo haya pedido y no nos lo haya impuesto por la cara como hace a veces con otros asuntos; entre pedir e imponer, mola más lo primero aunque alguna gente prefiera lo segundo. Y los modales autoritarios son una cosa muy fea. En España estamos en un momento tan alucinante que las cosas feas, viene a decir el Gobierno sanchista, dependen de quien las haga. No son feas en sí mismas, sino según la filiación de su autor(a). Pero vayamos a la noticias importantes. La ministra portavoz Montero, que habla con el desparpajo de quien se sabe dueña de una ignorancia impune, nos exhortó hace poco a la autorreflexión. Tal cual. Es una lástima que nos pasen tantas cosas al cabo de la semana, la sandez de Montero merecería un subrayado. No es baladí que, en la avalanche de ultrajes a la razón que nos va regalando Sánchez, pueda haber alguien tan cursi al frente de un ministerio. La torpeza formal de Montero va acompañada de miga en la sustancia; pide autorreflexión después de un rato de esparcimiento en el que algunos altos mandos se pasaron las normas de seguridad por el forro. Eso es lo interesante: Montero sabe que le perdonaremos las dos cosas, la torpeza y la cursilería. Si en vez de practicar la autorreflexión nos limitáramos a reflexionar, nos daría un ataque.

No se entiende nada de lo que pasa en España sin ver una lucha bastante feroz entre la necedad y la discreción. El expresidente Zapatero, convertido en carne de candelabro desde hace tiempo y empeñado en exponernos sus opiniones después de una fértil presidencia en la que apenas rompió su mutismo salvo para negar la crisis que nadie negaba, ha perdido aquellas timideces y juega al estadista con temeridad divertidísima. La necedad tiene con él una relación de gratitud; Zapatero la estimuló. Cualquier politico sabe que un mensaje está relacionado con un receptor; Zapatero estimuló el aturdimiento colectivo para que la sandez fuera virtud. Y por eso nos cae encima la autorreflexión de Montero. Obedezcámosla sin más. Autorreflexionemos. No nos quedemos con las fotos negociadoras de Lastra y Rufián- dos ejemplos acabadísimos de lo que las políticas educativas zapateriles quisieron consolidar en Esaña como modelos de solvencia. No, no. Autorreflexionemos como pide la ministra ciceroniana. Siempre queda la gran incognita de lo que pasa dentro del PSOE, donde parece que la victoria pírrica es tan adictiva que bien vale saltarse por alto unos cuantos principios básicos del socialismo europeo. Y en fin, demos las gracias a quien se limita a pedirnos cosas y reprime su autoritarismo aunque le cueste. Cuídense.

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