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Xuan Xosé Sánchez Vicente

45.000 ciudadanos estafados

De la esperpéntica gestión de los plazos de revisión de automóviles en las ITV con la pandemia

Estación de ITV.

Pensatible, plasmáu y silenciosu, como’l pitu a la vista del raposu… (Teodoro Cuesta)

Durante el confinamiento de marzo y meses sucesivos, las ITV cerraron. Cuando abrieron, el Ministerio de Sanidad publicaba una Orden (15 de mayo) en que daba comienzo el atraco. Establecía prórrogas para los vehículos que no pudieron pasar la ITV, pero decretaba que la validez de la revisión no sería por el período que establece la normativa vigente, según el tipo de vehículo, sino que se acortaba, y contaría desde la fecha de la revisión hasta aquella en que tenía que haberse realizado y no se realizó (en ningún caso por culpa del propietario del vehículo). A santo de qué era el Ministerio de Sanidad el que regoldaba la Orden y a santo de qué pergeñaba el atraco se desconoce.

Es evidente, por otro lado, que la ITV no realizaba un examen más a la ligera de los vehículos (de particulares o profesionales, de recreo o de trabajo), ni cobraba menos de la tarifa habitual por su servicio, así que no se ve la razón por la que su asistencia valía menos en el tiempo.

A finales de septiembre, y tras reclamaciones de algunas organizaciones empresariales, el Supremo emite un auto en que suspende ese apartado atracadoril de la Orden. Tras muchas reticencias y resistencias, las ITV asturianas acatan la decisión del Supremo y pasan a dar, a partir de la fecha en que deciden acatar ese auto, a las revisiones de vehículos la validez del período completo que establece la normativa. Pero aducen que la decisión del Supremo no tiene carácter retroactivo, y, por tanto, quienes hayan pasado antes la ITV y hayan sido pillados en la estafa que se jo…, quiero decir que dicen ellos que a quien el Supremo se la dé, San Pedro se la bendiga.

El miércoles 11 de este mes LA NUEVA ESPAÑA publicaba un reportaje de Marcos Palicio (me consta, tras reiterados e infructuosos intentos durante mucho tiempo tratando de que algún responsable le contestase) señalando que el número de asturianos que “verán recortado el plazo para pasar la ITV pese al auto del Supremo”, esto es, de estafados, era de 44.500. ¡Nada menos! Y que la ITV, es decir, el Gobierno asturiano, se niega a dar marcha atrás en el atraco. La razón que aducen es de recaudación, es decir, de la pasta, el tiempo y el cabreo de los ciudadanos. ¡Como si la pasta fuese suya o saliese de su bolsillo! ¡Como si quienes tuviesen que perder unas horas o un día de trabajo fuesen ellos y no los propietarios de vehículos!

¿Han oído ustedes a alguno de los fenómenos que se sientan en los escaños de la Xunta una palabra al respecto, especialmente a aquellos que dicen ser los representantes más auténticos de los de abajo? Yo no, y, si no es así, me disculpo.

Espero que, a partir de ahora, los tan tuiteros y feisbuqueros miembros del gobierno cambien su foto de perfil y aparezcan vestidos con montera (no asturiana, torera o sierramorenera) y trabuco.

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