Se cumple una semana de las restricciones en la hostelería de Asturias, lo que debería comenzar a reflejarse en un descenso de los contagios a partir de ahora. Hay indicios para aventurar que estemos en el modelo optimista, iniciando un descenso próximo de casos, que debería comenzar en Gijón, arrastrando al resto de Asturias. Sin embargo, pueden producirse fenómenos muy localizados que pueden confundirse con la tendencia general. Un ejemplo son los geriátricos, donde los brotes no obedecen a una transmisión comunitaria amplia, pero elevan el cómputo. Es lo que en minería se llama el “efecto pepita”: el hallazgo de una pepita de oro eleva la rentabilidad de un yacimiento, pero en sí obedece a una “casualidad” local, no a una característica genérica. Los geriátricos actúan igualmente y pueden distorsionar la visión global.