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Camilo José Cela Conde

Votos

El apoyo de Bildu a los Presupuestos de Sánchez

El presidente sólo quiere los votos. Es la explicación que ha dado Idoia Mendia, vicepresidente socialista del Gobierno vasco, para justificar esa especie de trágala que ha supuesto a muchos dirigentes históricos del partido del puño y la rosa, y muchísimos más de sus votantes –o exvotantes–, que el heredero político de ETA, Bildu, apoye la Ley de los Presupuestos Generales del Estado. Con ese gesto político que, al decir de la señora Mendia, le sale gratis al PSOE –aunque tal vez no a los ciudadanos– se cumplen los deseos políticos del Gobierno pero, ¡ay!, los principios morales quedan temblando. Ya se sabía que lo malo que tiene el que quieras algo es que te lo den.

Bien curiosos son, no obstante, los melindres morales que llegan ahora, tras haberse fundamentado las dos últimas legislaturas en unas alianzas que harían chirriar cualquier cautela ética. En un intento de levantar diques morales, el hoy presidente Sánchez aseguró en su última campaña electoral que jamás pactaría con los herederos del mundo etarra. Pero como en la anterior había confesado que nunca dejaría entrar en su gobierno a Podemos, porque eso le quitaría el sueño a él y a los españoles, parece claro que las fronteras éticas están a título de adorno para incautos dispuestos a distraerse con el decorado, que los hay. Hace poco argumentaba una conocida columnista orgánica, casada como no con un alto cargo del mundo cultural de oficio, es decir, oficial, que por qué no se iba a pactar con un partido como Bildu que es legítimo y tiene representación en las Cortes. Al leer su tirón de orejas a los moralistas se me ocurrió pensar lo que habría dicho esa señora si con quien hubiese pactado Sánchez es con Vox. La duda es retórica, por supuesto.

Que Alfonso Guerra y centenares de los correligionarios que convirtieron al PSOE en el partido que fue antes de que el señor Zapatero comenzase a desmontarlo hayan puesto el grito en el cielo es una mera anécdota sin trascendencia alguna. Los gobiernos en minoría se nutren de los pactos que llevan votos de la mano, no de principios morales. Éstos, hasta molestan y por eso cabe pensar que el recorrido que le queda por delante a Ciudadanos es más corto que el rabo de un virus. Pero no sé por qué razón a los ministros más cercanos a su presidente, como Ábalos, les ha dado por salir en defensa de la calidad moral de Sánchez. Nos asegura el señor Ábalos, el que se entrevistó y, a la vez, no lo hizo con la vicepresidenta de Maduro estando los dos por causalidad en Barajas, que hablar de pactos con Bildu es absurdo porque no los hay. Claro que no; ¿a quién se le ocurre decir lo contrario? ETA mataba de un tiro en la nuca y sus herederos regalan votos a cambio de nada. El único pacto necesario es el que hay que firmar con Satanás para aceptar semejante regalo.

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