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Presupuestos, garantías y esperanzas

La importancia de disponer de las cuentas regionales para hacer frente a la pandemia

Si hay algo que caracteriza los tiempos que nos ha tocado vivir es la incertidumbre. Eso reduce nuestra confianza en lo posible, eso que también llamamos esperanza.

Afortunadamente, cada día hacemos frente a este virus desconocido de manera más eficaz: con cooperación científica y sanitaria, y con el esfuerzo titánico de las personas que consiguen ampliar las fronteras del conocimiento o que no escatiman esfuerzos para cuidarnos y protegernos. Ellas no pueden ser una excepción, el resto debemos estar a su altura, especialmente las personas que ocupamos responsabilidades públicas.

Hemos tenido que tomar muchas decisiones, y muy duras, para afrontar una pandemia para la que nadie estaba preparado y que, obviamente, no contemplamos cuando diseñamos el presupuesto autonómico para este año. Sin embargo, logramos adaptar las cuentas para hacer frente a la mayor crisis sanitaria de nuestra historia reciente, con consecuencias sociales y económicas muy duras.

Ahora, tras ocho meses de gestión de la pandemia, tenemos la responsabilidad de aprobar unos presupuestos capaces de dar una respuesta oportuna y adecuada a la crisis sanitaria y social, así como poner en marcha la recuperación económica y no dejar a nadie atrás. No es una tarea sencilla y estará llena de dificultades, pero no hay excusas: ahora toca remar todos a una, demostrar que la Política, con mayúsculas, es capaz de ofrecer soluciones a los problemas, dejando de lado legítimas diferencias y poniendo en cuarentena la polarización que tanto daño hace a nuestra democracia. El presupuesto es la mejor oportunidad porque es la herramienta clave para establecer prioridades y la garantía para ejecutar las políticas públicas que necesitamos. ¿Hay algo más importante en lo que ponerse de acuerdo ahora? Los que se oponen, ¿se han parado a pensar las consecuencias que tendría tal decisión? No hay discusión, sería una irresponsabilidad trágica.

Los socialistas lo tuvimos claro, por eso hemos trabajado con responsabilidad y generosidad durante las últimas semanas con todas las fuerzas políticas que optaron por anteponer el interés general a sus estrategias partidistas. La sociedad asturiana merece que le aportemos certidumbres y estabilidad. Ya lo hicimos en la concertación social, y ahora también con los presupuestos.

La pluralidad de partidos no ha impedido que la voluntad de acuerdo y la responsabilidad primara en esta negociación, con propuestas que han ido mejorando el proyecto de presupuestos y cuya aprobación supondrá 5.237 millones de euros, la mayor movilización de recursos en nuestra historia democrática.

El resultado se verá durante los próximos meses, cuando se pongan en marcha las medidas que recogen las cuentas: fortaleceremos nuestros servicios públicos esenciales (sanidad, educación y protección social) llegando a 3.414 millones para inversión social, desplegaremos la máxima capacidad de inversión con 483 millones de euros para estimular la actividad económica y generar empleo, pondremos en marcha un fondo de rescate millonario para apoyar a los sectores que sufren las restricciones sanitarias, impulsaremos una alianza estratégica con la ciencia y la innovación, seguiremos apostando por el medio rural o por la igualdad como eje imprescindible para avanzar hacia una sociedad más justa; por citar tan solo algunos ejemplos.

La vulnerabilidad generalizada que ha supuesto esta pandemia ha dado lugar también a un nuevo paradigma en la gestión de esta crisis económica, en sentido totalmente opuesto a los recortes de la crisis anterior, priorizando ahora el escudo social. Hoy existe consenso internacional –y sobre todo europeo– en torno a la necesidad de una inversión pública vigorosa que incentive la recuperación y la modernización de nuestra economía.

Por eso es clave comprender la importancia del momento que vivimos. Esta pandemia ha acelerado cambios que nos obligan a transformar nuestra economía y hacer nuestras empresas más sostenibles, más competitivas y más innovadoras; ha señalado con claridad la necesidad que siempre defendimos los socialistas de unos servicios públicos más fuertes, más eficaces y más resilientes. Todo ello al servicio de una sociedad asturiana más cohesionada, más equitativa, más justa, capaz de sobreponerse a la incertidumbre con mayores recursos y más apoyo. Con más garantías y más esperanza.

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