En Madrid, Filomena ha encontrado a Mortadelo: treinta horas seguidas nevando, como sucede con frecuencia en muchos lugares del norte de Europa, y se ha producido una catástrofe. El Gobierno evalúa los daños pero se ha resistido hasta ahora a llamarla por su nombre, precisamente por la tendencia a devaluar cualquier significado importante.
En realidad, como escribió Italo Calvino, toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible. Esta de nuestros días presentes y venideros podría parecer la más diabólica de las encrucijadas, dadas las circunstancias y la ineptitud de la gestión, pero también saldremos de ella. Todo lo lastimados que nos obliguen los Marlaska de turno, pero saldremos.