La tendencia de los casos diarios se suaviza, aunque hay que tener en mente si eso puede deberse únicamente al “efecto fin de semana”. Los datos de los últimos días refieren una preocupante positividad en ascenso (porcentaje de pruebas que indican contagio del total de las practicadas), por lo que el riesgo expansivo es alto. Con todo, el modelo sigue ciñendo el comportamiento de los contagios a una ola que podría quedar prácticamente superada a finales de febrero. La decisión de tomar medidas, además, puede tener un efecto preventivo si, como ocurrió en anteriores ocasiones, Asturias registra las consecuencias de la tercera ola con cierto retraso respecto al conjunto nacional. La próxima semana ya deberían quizás empezar a notarse algunos de los efectos por las restricciones ya en marcha, y los que se apliquen a partir de mañana tendrán consecuencia en un plazo de una o dos semanas: puede ser buen mecanismo de contención, aunque conllevan un gran sacrificio para algunos sectores. No obstante la claridad de criterios y las ayudas económicas es la única manera de contribuir al bien común. Esperemos que el final de esta pandemia esté cercano.
