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José Manuel Ponte

Cuando se necesita un Giuliani

El exalcalde de Nueva York, de héroe del 11S a asesor de Trump

En la galería de “héroes” de los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001 se atribuyó un destacado protagonismo a los bomberos de Nueva York (343 de los cuales murieron sepultados por el derrumbe de las Torres Gemelas) y al entonces alcalde de la ciudad, Rudolf “Rudy” Giuliani. Según algunos estudiosos, los bomberos confiaron en que la estructura de los edificios resistiría el tiempo necesario para permitirles desarrollar parte de sus tareas de rescate. Pero lo que no podían prever es que colapsaran de golpe, como si además del fuego provocado por el impacto de los aviones contra los edificios, se hubieran visto ayudados por algún otro agente explosivo. Desde entonces, se han publicado numerosos informes técnicos y planteado todo tipo de conjeturas. Y más que se harán porque aún no ha quedado claro si esa matanza hay que atribuírsela a la acción criminal del “ terrorismo exterior” de inspiración yihadista o a la del “terrorismo interior”, de cuya existencia ya nadie duda después del asalto al Capitolio por una turba formada por supremacistas blancos, evangelistas radicales y militantes de grupúsculos de extrema derecha. La heroicidad de Giuliani, en cambio, ha quedado en entredicho con el paso del tiempo. Y ya casi nadie se acuerda de aquel animoso personaje que supo elevar la moral de la ciudadanía en los primeros momentos de tristeza y desconsuelo. En los años transcurridos desde los atentados, el exalcalde ha mostrado su faceta más reaccionaria como abogado de financieros sin escrúpulos y como asesor del Donald Trump golpista que ahora conocemos. Hoy en día, casi nadie querría tomar como ejemplo a Giuliani aunque cabe recordar que el exalcalde coruñés Francisco “Paco” Vázquez invocó su figura durante la crisis del “Prestige”. “Aquí hace falta un Giuliani”, dijo ante el triste espectáculo del caos propiciado por el Gobierno del PP, y de manera especial por quien era ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos. Todo el mundo entendió que el Giuliani que pedía Paco Vázquez era él mismo. Es decir, un hombre decidido y valiente capaz de tomar decisiones polémicas sin que le temblase el pulso. Y para demostrar que no hablaba en broma anunció que si alguien tuviese la ocurrencia de meter un petrolero herido de muerte en el puerto de su ciudad saldría a su encuentro al frente de una flotilla de pesqueros para impedírselo. Afortunadamente, esa singular batalla naval nunca se dio y por tanto nunca podremos saber cuáles hubieran podido ser los límites de la bravata. Desde aquella, Giuliani y Vázquez han evolucionado políticamente. El exalcalde de Nueva York, también conocido como el “sheriff de Manhattan”, ha pasado de militar en el Partido Demócrata al Republicano que lideraba Trump y el señor Vázquez de militante socialista a simpatizante del PP.

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