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Tino Pertierra

Solo será un minuto

Tino Pertierra

Última histeria de amor

Lucía: “Supongo que las decisiones verdaderamente importantes no las tomas tú. Las toman ellas por ti. Hubiera sido un alivio saberlo hace años, cuando me hubiera sido de gran utilidad esa especie de sabiduría doméstica, más que nada para dejar de perder el tiempo tratando de salvar lo que ya no tenía remedio. Quizá consista en eso la vida: emplear tus mayores esfuerzos en retrasar lo inevitable o esconder lo que tarde o temprano saldrá a la luz. Y te derribará. A estas alturas no considero un error haberme dedicado a la abogacía. Soy de esas personas que no tienen un vocación clara y firme desde el principio, y, aunque me hubiera dedicado a cualquier otra cosa, no soy capaz de imaginar en qué profesión me hubiera sentido... ¿cómo dicen esos ridículos libros de autoayuda?... realizada. Al menos, como abogada soy eficaz, gano suficiente dinero como para permitirme una vida cómoda con algún que otro capricho ocasional (no muchos, no me gustan los coches, me incomodan las viviendas grandes, detesto la moda y me estorban las joyas) casi siempre relacionado con los viajes. No me siento frustrada ni fracasada, tampoco triunfadora. Estudié por inercia, saqué buenas notas casi sin esforzarme y gozo de cierto prestigio sin tomármelo en serio. Los errores graves, y sus consecuencias dolorosas, siempre los he cometido en asuntos sentimentales. Soy experta en histerias de amor, y ahí entra en juego lo que decía al principio sobre las decisiones. Empezar, terminar una relación. Podría parecer, visto desde fuera, que siempre elijo yo el final, que marco los tiempos de la ruptura y el adiós, pero eso es solo fachada, pura interpretación ante el juez de las discordias que ensucian lo que una vez fue luminoso. Es hora de cerrar esta etapa y asumir que sola me siento bien acompañada”.

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