La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José María de Loma

Desayuno para todos

El desayuno es un arma cargada de futuro. Escribir un libro sobre el desayuno y que te salga descafeinado. A los que dicen que el desayuno es la comida más importante del día es que nadie los ha llevado nunca a almorzar. Cuando coge un churro, el músico frustrado sueña con una batuta. La Guerra de Independencia no terminará hasta que no se vayan los curasanes. Desde que lo escribimos a la española parece que engordan menos. No veo mejor sugerencia erótica que “úntame la tostada”. La culminación de una vida es comprender que el café ha de ser solo y sin azúcar. Era de esas personas que solo comían bacon en los hoteles. El metódico pide los huevos revueltos ordenados. La música de las cucharillas aquellas mañanas en las que veía a mis padres desayunar. El segundo café es el primer placer del día. El café cansado está molido. Desayunar como si se fuese a acabar el mundo y que a mediodía todo siga en orden. Cuanto más viejo, más tiempo transcurre entre el desayuno y el aperitivo. Lo hortera no es tomar champán en el desayuno: es ir a contarlo. Aquella jefa solía llegar tostada al desayuno. En los desayunos de trabajo siempre hay quien tiene ideas aceitosas. Hay quien lleva toda la vida haciendo la digestión del desayuno en el coche oficial. El café de hotel es un crimen impune. La leche desnatada engorda el ego. Los macedonios desayunan fruta. Los que no se sienten muy españoles la llaman tortilla de patatas. El desayuno inglés nunca ha querido ser europeo. Leer un editorial es desayunar argumentos. El prosista desayuno versos en la intimidad. Los dioses desayunan nuestro destino. Las almohadas adoran las migas. Desayunar en la cama es tumbar la rutina. Los hay que, ayunos de lecturas, presentan la máxima osadía. Nunca hay que escribir un prólogo en ayunas. Del vasito de agua siempre se olvidan. No estás tan solo si desayunas con tu columnista favorito. Pan de molde sin certeza. Desayunar chocolate es un cacao. Me gusta cuando desayunas, porque estás como ausente. La soledad del desayunador de fondo. El actor de teatro tiene un desayuno dramático. Planteamiento, desayuno y desenlace. Al extranjero le cuesta desayunar en subjuntivo. El pijama es un privilegiado: cena y desayuna. Los bizcochos cobardes llevan impermeable.

Compartir el artículo

stats