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Maribel Lugilde

Contracrónica

El FICX, el reportaje incómodo de “Jot Down” y su moraleja

Los anglosajones llaman “publicity” a la información que sobre una empresa, institución, producto, acontecimiento... ofrecen los medios profesionales sin que se compre ese espacio y contenido, simplemente facilitando la labor del medio, ofreciéndole transparencia. Aunque conlleve un riesgo. Puede suceder que el profesional se fije en nuestros puntos débiles –todos o alguno– y haya que tragarse lo que quienes nos hemos dedicado a esto en tiempos pasados llamamos “sapos mañaneros”. Los hay muy amargos.

En nuestras latitudes no precisamos el anglicismo, nos basta con la diferenciación legal, profesional y ética entre información y publicidad. Si se compra un espacio promocional, éste debe quedar indubitadamente identificado ante el lector, oyente o espectador. Así éste sabe que el resto sí es periodismo, es decir, contar lo que pasa, sean buenas o malas nuevas.

A estas alturas, aún no tengo claro lo que ocurrió con el reportaje que la revista cultural “Jot Down” publicó sobre la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Gijón. Entre el certamen y la revista medió, al parecer, un pago que luego ésta devolvió, tras la publicación del artículo. Por lo tanto, se estaba encargando un publirreportaje.

Pero ni la información resultante se etiquetó así ni la periodista que se desplazó a Gijón para realizarla parecía haber recibido encomienda distinta a la de informar. Así que, gracias a la transparencia del festival, de lo que vio y oyó, escogió lo que consideró relevante y compuso su pieza. Para algunos fue un sapo.

Como gijonesa me ha dolido, el FICX es para nosotros un elemento casi identitario. Sus debilidades de organización, la trastienda política del nombramiento de sus directores, son trapos que querríamos lavar en la prensa local, si toca, no en aquella que construye reputación fuera y que cuenta lo que también es -y mucho- nuestro evento cultural.

Como lectora de artículos de “Jot Down” esperaría de un reportaje sobre un festival en coyuntura Covid cómo ha adaptado su programación, los nuevos formatos que explora, la respuesta del público, la mirada de los profesionales del sector, más que la historia interna de sus equipos, sus condicionantes políticos pasados y presentes, malestares y descoordinaciones. Máxime ahora. ¿Qué organización ha podido planificar como debiera en esta montaña rusa de imperativos sanitarios? En todo caso, la profesional lo enfocó así: nada de lo primero, todo de lo segundo. Fuentes tuvo e información contrastó.

Ojalá de lo sucedido cada cual tome su particular nota. Sobre su política comercial, “Jot Down”. Y nuestro ayuntamiento y el FICX sobre su comunicación externa. También la interna: escuchar a los colaboradores y repensar.

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