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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

La España en la que todo valía

Al extesorero del PP Luis Bárcenas los 4 años de cárcel le han servido, dice, para pensar en “el mal que he podido inferir a la sociedad fruto de la España en la que todo valía” que coincide cronológicamente bastante con la “España va bien” que diagnosticaba José María Aznar. La España en la que todo valía no es España entera, porque Bárcenas reconoce que pudo haber inferido mal a la sociedad. No hay contradicción: para la élite de derecha la sociedad española y España son cosas distintas, por eso les molesta tanto la mitad de los españoles y les gusta tanto eludir impuestos como comer jamón de pata negra, guardar el dinero en paraísos fiscales como ir a los toros. La mayoría de los españoles no estuvo en la España en la que todo valía.

El daño inferido a la sociedad fruto de la “España en la que todo valía” parece disculpar a Bárcenas, como si le hubiera tocado estar domiciliado en esa España en la que desde 1982 hubo un sistema de financiación del PP con donativos en B, algunos vinculados a la adjudicación de contratos del Estado (cohecho), el reparto de sobresueldos para el reparto protagonista y tal impunidad que Mariano Rajoy alimentó la trituradora con los documentos que probaban estas tropelías. Bárcenas no es una consecuencia sociológica de la España en que valía todo, sino el encargado de su mantenimiento y funcionamiento. No estaba en el calcaño del PP, estaba en el trigémino, el nervio por el que pasan casi todas las funciones que importan. Era el gerente del valor de la España en la que todo valía.

El hombre que acuñó el término “contabilidad extracontable”, el tesorero extratesorero, tiene en Suiza el oro con el que se pagó que valiera todo en España y las joyas que son los pendrives de documentos de la España en la que todo valía. Lo mejor de la confesión en esos términos es que Bárcenas ejerció en la España en la que todo valía más de lo que verdaderamente creyó en ella. Si guardaba triplicados y se asignaba emolumentos proporcionales al riesgo aceptado era porque algo le decía que no todo valía en España.

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