Celebramos un nuevo Día Internacional de las Mujeres en un contexto especialmente difícil. La incidencia de la pandemia, provocada por la COVID-19, nos impide reivindicar este día de la misma forma que lo veníamos haciendo desde su nacimiento, con una manifestación conjunta de todas las personas que consideramos fundamental instaurar la igualdad real y efectiva ente mujeres y hombres.
Esta realidad no nos impide mantener muy presente y vivo el espíritu reivindicativo de este día con nuevos canales de reivindicación.
Este año es imprescindible poner en relieve el papel de las mujeres frente a la pandemia, pues evidencia la importancia que siempre asumimos en los momentos más difíciles. Según ONU Mujeres, actualmente representamos el 70% del volumen laboral en sanidad y en el sector de los cuidados. Es decir, asumimos el mayor peso en la primera línea de atención de los efectos más severos de la pandemia.
Sin embargo, las mujeres sufren con mayor dureza el desempleo en el resto de sectores productivos, y una de las mayores discriminaciones más severas en del ámbito laboral: la brecha salarial. Si las mujeres somos el principal activo ante las adversidades es incomprensible, e intolerable, que sigamos sufriendo desigualdades tan profundas en el ámbito laboral y profesional.
Debemos actuar desde la base de la discriminación. La brecha salarial tiene su origen en la preexistencia de roles de género que siguen determinando el papel que mujeres y hombres desempeñan en la sociedad. De la misma forma que una especial dificultad para alcanzar puestos de liderazgo. Según Eurostat, la brecha salarial de género en Europa apenas se ha reducido en un 1% durante los últimos ocho años.
La igualdad no sólo supone disponer de la capacidad para elegir en libertad, además exige romper prejuicios y roles preexistente sobre la capacidad de la mujer para poder desarrollar cualquier tipo de actividad.
Una de las estrategias fundamentales del Ayuntamiento de Avilés, en el ámbito profesional y laboral, es favorecer vocaciones en el ámbito de las STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas y Arte). La pretensión no es anteponer unos campos de conocimiento frente a otros, sino concienciar a las mujeres sobre sus capacidades para liderar ámbitos del conocimiento, tradicionalmente asumidos por los hombres, que serán fundamentales para nuestra transformación como sociedad.
En la sociedad post-COVID, la ciencia tendrá un peso creciente en nuestro modelo productivo. Las mujeres debemos estar presentes y asumir un nuevo protagonismo cono factor de cambio colectivo de nuestra sociedad. Para ello es necesario terminar con cualquier tipo de segregación por género en el desarrollo de las vocaciones profesionales.
Construir un nuevo futuro, en estos momentos de incertidumbre, debe ser una tarea compartida por todos y todas, en la que cual las mujeres asumamos un papel protagonista por la capacidad de liderazgo, innovación y respuesta con que siempre sabemos afrontar las dificultades. La igualdad nos hace más fuertes como sociedad.
