La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tino Pertierra

Solo será un minuto

Tino Pertierra

Eso que llaman amistad

Natalia: “Fíjate si valoro la amistad que solo tengo una amiga. Y no voy a decir eso tan socorrido de que mi mejor amiga soy yo misma. Ni hablar. Casi siempre me convierto en mi peor enemiga cuando las cosas vienen mal das, y también cuando van bien y me da por estropearlas de alguna manera. Inconscientemente consciente, por así decir, y yo me entiendo, y tal vez tú también. Adoramos las contradicciones, ¿verdad Incluso nos sentimos próximas a las incoherencias. Adictas a lo que no entendemos. Por eso nos fiamos tan poco de la amistad masiva. Me enerva esa gente que presume de tener muchas amistades, casi como si fueran sin trofeos de los que presumir. Yo no soy como Roberto Carlos, no quiero tener un millón de amigos porque de ahí empiezas a descontar a los que lo son por interés, por inercia, por rutina, por necesidad o por indiferencia y a ver cuántos te quedan. No sé quién dijo que si quieres conservar una amistad no conviene ponerla a prueba. Hay personas a las que conozco desde hace muchos, a algunas desde el colegio y puedo pasar un tiempo con ellas tomando un café, o yendo al cine (cuando se iba), o de compras, incluso de viaje (no muy largo, tampoco hagamos ese test de estrés muy prolongado porque el puente se cae), pero, realmente, ¿qué sé de ellas ¿Qué saben de mí aparte de cuatro banalidades ¿Las conozco tan bien que podría hacer un mapa de su intimidad con los ojos cerrados ¿Puedo escuchar lo que dicen aunque callen ¿Encuentro en su mirada respuestas a preguntas que ni siquiera he planteado Yo las llamo hamistades, con H, porque están pero no suenan. Y sí, volviendo al principio, tengo una amiga que merece ser considerada así. Y se da la feliz coincidencia de que, además, es mi pareja. Yo la llamo mi amigante”.

Compartir el artículo

stats