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La década prodigiosa

La importancia de los próximos diez años para reducir de forma destacada los gases de efecto invernadero

Parafraseando la conocida frase de Blade Runner “He visto cosas que vosotros no creeríais” diría: Veremos cosas que no podríamos imaginar.

En la película, el replicante se refiere al pasado y a un lugar remoto, mientras que yo me refiero a un futuro próximo y cercano. La magnitud e importancia de los cambios que se proyectan para un futuro próximo inevitablemente modificarán nuestros hábitos y formas de pensar y actuar. Gobiernos de cualquier nivel y signo, empresas y organizaciones se preparan para estos ajustes que cada vez más ciudadanos de todo el mundo reclaman. Lo que sabemos del pasado remoto y reciente de la Tierra nos marca los caminos que debiéramos transitar en el futuro.

Los ajustes son respuesta a problemas que nosotros mismos hemos generado y que pueden provocar catástrofes como las que ya estamos padeciendo en sus primeras fases. De hecho, estas catástrofes forman parte del acervo de conocimientos que nos ayudan a vislumbrar el futuro y son consecuencia de que nos acercamos o hemos superado algunos de los límites biofísicos de la Tierra (1), entre otros: el cambio de clima, la pérdida de biodiversidad –nuestro Sistema Sostén–, la contaminación química, el uso de agua dulce y consumo de acuíferos, el uso de la tierra o la acidificación oceánica.

Gobiernos, empresas y organizaciones proponen soluciones que se adjetivan como sostenibles, resilientes, basadas en nuevas tecnologías y en fuentes de energía limpia, fundamentadas en inteligencia artificial, ecológicas y que mantienen la biodiversidad. Si uno analiza los significados que le dan los proponentes a cada uno de estos términos, ya de uso común, se da cuenta que difieren enormemente entre propuestas o autores y muchas veces se usan de forma ligera o engañosa. Se trata de conceptos complejos que requieren un análisis detallado. Su incorporación en los objetivos las maquilla y las hacen difíciles de rebatir ¿Cómo vas a discutir una acción a la que a priori se le confiere la propiedad de que es sostenible, o mantiene los ecosistemas o es limpia? Pero usar esas denominaciones no quiere decir que realmente las cumplan. Tal como definió sostenibilidad el informe “Nuestro futuro común” –informe Bruntland– en 1987 para la ONU debe ser ecológica o ambiental, social y económica. Y no puede ser que cumpla una, pero adolezca de las otras dos y todas sus combinatorias. Además, con frecuencia, la información o datos incompletos, difusos o erróneos dificultan la correcta evaluación de estas tres caras de la sostenibilidad. Esta evaluación debiera ser continuada y basada en su eficacia respecto a los objetivos previstos, independiente y competente.

Para lograr la sostenibilidad en 2015 las Naciones Unidas definieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su agenda para 2030; se propusieron 169 metas a las que ya se han adherido 193 estados. Destacaré los 4 objetivos que tienen que ver con la Biosfera como Sistema Soporte Vital que deberían permitir la continuidad de la actividad humana en unas condiciones similares a las de la actualidad: el 6, Agua limpia y saneamiento; el 13, Acción por el clima; el 14, vida submarina; el 15, vida de ecosistemas terrestres. La aparente sencillez de estos objetivos se convierte en complejidad si uno considera el conjunto de actividades que cada país debe desarrollar, en solitario o en colaboración con los demás, para alcanzar una situación válida para el conjunto. Las acciones las deciden gobiernos, empresas, ciudadanos y agrupaciones de estos, todos ellos sometidos a la legalidad de cada país. Con frecuencia, la legislación en muchos no está preparada para que las metas de los ODS se puedan promover y alcanzar, y no siempre es fácil obligar a su cumplimiento. La legislación internacional es más compleja e ineficiente en este aspecto y tiene el hándicap de no disponer de mecanismos eficaces para hacerlas cumplir. A ello hay que añadir que los proponentes pueden tener otros objetivos personales o de grupo que los contrarresten.

Teniendo en cuenta todas estas premisas, aparte de otras que se me puedan escapar, se entenderá la dificultad que tiene afrontar retos tan complejos y urgentes como los necesarios para alcanzar el Objetivo ODS 13: Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Posiblemente el avance más importante que se ha alcanzado en la última década es la concienciación ciudadana. Esta no sólo se fundamenta en la información científica, sino también en la percepción generalizada de que el clima está cambiando y de informaciones preocupantes recibidas de otros lugares del mundo. Me induce a pensar que, afortunadamente, la humanidad se va concienciando, aunque lo haga de forma lenta.

Existe, sin embargo, una disociación entre los cambios que se ven necesarios desde la ciencia y la comprensión ciudadana respecto de las acciones y decisiones para llevar a término los mismos. Tres pueden ser las causas: La primera, porque no siempre la detección de un problema lleva aparejado el conocimiento de las soluciones para corregirlo; no resulta extraño que no se acierte en la resolución de un problema con lo que se propone y aplica. La segunda, sería el componente social: los intereses contrapuestos entre personas, grupos o países. La tercera, es que exista obstinación en el reconocimiento de los hechos y oposición ideológica o religiosa a las soluciones que se podrían aplicar. Movilizar a distintas sociedades en un objetivo compartido es complejo y difícil, aunque los riesgos de no hacerlo sean grandes. Enfrentarnos al cambio climático obliga a una acción rápida e intensa que debe reportar frutos cuantificables en la presente década. Nos involucra a todos los humanos, aunque la responsabilidad sea diferente según niveles de riqueza y conocimiento de países y personas

En el Acuerdo de París de 2015 se fijó como objetivo limitar el aumento de la temperatura de la Tierra a 2 °C, incluyendo la recomendación de redoblar los esfuerzos para conseguir limitarlo a 1, 5 lo que evitaría riesgos de catástrofes. La ruta que se debe seguir para alcanzar ese objetivo ha sido definida como hercúlea por los autores que calcularon la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) necesaria (2). Según sus cálculos, se debe alcanzar una emisión neta 0 de GEI en el año 2050; para lograrlo, se necesita una reducción de emisiones de GEI mundial del 50% en cada una de las tres décadas que quedan, amén de otras acciones. La reducción en la primera década sería la más intensa, de 40 a 20 GtCO2 aprox (3) y es clave para lograr el objetivo. Con las necesarias actuaciones en los campos económico, social y ambiental, los cambios deberían ser tan intensos que, sin ninguna duda, los percibiríamos año a año. La velocidad e intensidad del cambio necesario en la presente década, si llegamos a lograrlo –tenemos que hacerlo– la convertirá en una década prodigiosa. Alcanzar esa meta nos compromete a todos de tal manera que deberemos poner lo mejor de nosotros mismos. Cambios tecnológicos en multitud de campos asociados a la energía, su obtención y eficacia de uso; o los cambios en transporte y edificación. Cambios en los hábitos de las personas, disminución de la demanda individual y colectiva; en la percepción que cada uno tendrá sobre los bienes y servicios a los que puede o debe aspirar. Cambios hacia una sociedad más coordinada y cooperativa, estableciendo compensaciones entre los sectores beneficiados y perjudicados. Y lo mismo se puede decir de la visión que tengamos sobre las relaciones entre naciones y el reparto de la riqueza y las cargas que conlleva. Los próximos años son probablemente los más importante en nuestra historia en palabras de Debra Roberts, copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC. Resulta recomendable la lectura del informe “Exponential Road Map” (4) para hacerse una idea de las opciones y cómo afrontarlas en la actualidad para casi todos los campos.

Todo lo que se propone es difícil de aceptar y llevar a buen término y el esfuerzo que nos exige es enorme. Si lo logramos, ofreceremos a los jóvenes y a las siguientes generaciones una Tierra en la que podrán seguir desarrollando sus vidas en condiciones aceptables. Ellos deberán continuar los esfuerzos para defender este Sistema de Soporte Vital y para que la humanidad pueda seguir disfrutando y asombrándose del increíble Planeta que habitamos. En el futuro incrementaremos nuestro conocimiento científico o artístico, inventaremos nuevas posibilidades y nos beneficiaremos, gozándolo, a título personal y colectivo.

Nos queda una década para constatar si lo logramos. Disponemos de la contabilidad básica que nos permite seguir la evolución del planeta: la concentración de CO2 en la atmósfera y las emisiones anuales humanas (5), la temperatura media mensual global y la temperatura media anual (6). En 9 meses sabremos cómo nos ha ido durante este primer año; un año que se solapa con la dificultad añadida de la pandemia del covid-19. No sabemos si surgirán nuevos problemas, pero debemos tener presencia de ánimo y trabajar con denuedo para conseguir esta meta, asumir costes sociales y personales y cooperar entre nosotros para que el futuro se despeje. En caso contrario viviremos en un mundo que cada vez será más hostil, como ya estamos percibiendo con el incremento de catástrofes asociadas al clima.

Cuando escribo este artículo desconozco el camino que seguiremos, pero si mi vida dura una década más ya conoceré si la presente ha sido realmente prodigiosa. Si hemos logrado la implantación y desarrollo masivo de tecnologías no emisoras de GEI y la aparición de otras nuevas que ahora no conocemos. También de nuevos sistemas de producción de alimentos que exijan menos territorio y laboreo, menos demanda de agua, que permitan la regeneración de ecosistemas fluviales y lacustres. Y como factor decisivo limitar el crecimiento de la población humana. Y lo que para mí más me sorprendería: habremos llegado a acuerdos entre países para que se repartan los esfuerzos y si habremos logrado alcanzar los objetivos sociales que plantean los ODS.

Necesitaremos soluciones diferentes a escala local y regional para aplicar a cada situación y concentrarnos en analizar la eficacia de cada una. No acertaremos con todas, pero si detectamos pronto su ineficacia podemos desarrollar otras nuevas. Es un camino de ensayo y error que debe ser muy dinámico. Sinceramente, creo que más bien primarán los intereses de países o grupos de interés; las batallas y enfrentamientos, más que los acuerdos y desperdiciaremos 10 años preciosos para el futuro del planeta. Continuará la degradación de nuestro Sistema de Soporte Vital y los problemas que ya llevamos apreciando unas décadas se agudizaran haciendo que la competencia se incremente, conduciendo a un resultado desastroso.

Por mi edad a mí me afectaría de forma limitada, pero los jóvenes que vivirán las próximas décadas en un mundo ya cambiante se enfrentarán a problemas cada vez más difíciles de atajar y a peores condiciones de vida. En contra de lo que se dice de forma ligera, la Tierra y la vida en ella no desaparecerá, pero no será la que hemos conocido hasta ahora. Seguirán acelerándose los cambios que ya se perciben y nos veremos abocados a realizar grandes esfuerzos para solventar los problemas que seguro surgirán. Siempre será mejor y más económico enfrentarnos al problema, ajustar nuestro sistema de vida a lo sostenible, y que podamos seguir aprendiendo cosas nuevas que mejoren nuestro futuro.

(1)Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet. Steffen, W. Richardson, K. Rockström, J. Cornell, S.E. Fetzer, I. Bennett, E.M. Biggs, R. Carpenter, S.R. de Vries, W. de Wit, C.A. Folke, C. Gerten, D. Heinke, J. Mace, G.M. Persson, L.M. Ramanathan, V. Reyers, B. Sörlin, S. 2015. Science 347 (2)A roadmap for rapid decarbonization. Emissions inevitably approach zero with a “carbon law”.. Rockström, J. Gaffney, O. Rogelj, J. Meinshausen, M. Nakicenovic, N. Schellnhuber, H.J. 2017. Science 355 (3)la segunda década la reducción sería de 20 a 10 GtCO2 y en la tercera de 10 a 5 GtCO2 (4)https://exponentialroadmap.org/wp-content/uploads/2020/03/ExponentialRoadmap _1.5.1_216x279_08_AW_Download_Singles_Small.pdf (5)https://www.esrl.noaa.gov/gmd/ccgg/trends/ ( 6) https://data.giss.nasa.gov/gistemp/graphs/#

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