La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Manuel Ponte

El gran sueño de Florentino

La creación de la Superliga europea de fútbol

Perseguir los sueños que uno tuvo de niño es un objetivo no exento de peligros. Ahí tenemos como ejemplo a don Florentino Pérez, conocido financiero y presidente del Real Madrid desde hace doce años. Imaginar un futuro como capitán de empresa a esa tierna edad es prácticamente imposible porque hay dedicaciones que requieren estar en posesión de unas aptitudes que solo un adulto con más conchas que un galápago puede desarrollar. En cambio, imaginar un futuro como futbolista es más fácil porque desde muy pequeños empezamos a darle patadas a la pelota y a querer imitar el estilo de los jugadores más famosos. A don Florentino Pérez le debió de ocurrir algo parecido. Los domingos por la tarde, su padre lo llevaba cogido de la mano al estadio Santiago Bernabeu y allí el niño quedó deslumbrado con el despliegue de fuerza y habilidad de aquel equipo que dirigía el impar delantero centro porteño Alfredo di Stéfano, con el acompañamiento de otros no menos fenomenales jugadores, como Puskas, un coronel húngaro regordete que tenía un cañón en la pierna izquierda, Gento, un veloz extremo santanderino, Rial, Kopa y muchos más. Una escuadra que parecía imbatible y que se hizo legendaria al conquistar las primeras cinco Copas de Europa. Fue entonces cuando el viejo campo de Chamartín pasó a llamarse Santiago Bernabéu en honor de un presidente que, tras haber sido jugador, supo convertir a un equipo del montón en una potente estructura societaria. Gracias a unas instalaciones capaces de albergar a una creciente masa adicta y a una hábil política de fichajes en la que se conjuntaban las estrellas foráneas con los talentos locales (lo que años más tarde el propio Florentino definió como “ Zidanes y Pavones”). Bernabéu acreditó buen ojo para fichar y su golpe de fortuna llegó al quedarse con la otra mitad del contrato que compartía con el Barcelona por Di Stéfano. Hubo quien interpretó este hecho como una muestra del favoritismo del régimen de Franco hacia el Real Madrid, pero no hay evidencias fiables de semejante trato.

Los últimos años de la gestión del señor Pérez se caracterizaron por la búsqueda de estabilidad financiera para un club que tiene un excesivo gasto. La mayor parte de esas gestiones (ampliación del Bernabeu, ciudad deportiva de Valdebevas...) han levantado polémica y sospechas de supuestas irregularidades urbanísticas. Pero lo más sensacional ha sido el anuncio de una Superliga europea formada por 15 equipos fijos, entre los que se encuentran el Real Madrid, el Barcelona y el Atlético de Madrid, y otros cinco a renovar. La fórmula representaría un incremento notable de los partidos y de las retransmisiones televisadas. A poco que se analice es un completo disparate y la primera reacción de otros equipos, jugadores, políticos y aficionados fue muy negativa. ¿Qué aliciente competitivo puede tener un equipo que se sabe inmune dentro de ese grupo de inamovibles? En un canal de televisión, don Florentino reconoce que ese proyecto tiene como objetivo salvar al fútbol, que está totalmente arruinado. Entre otras cosas, por las delirantes inversiones de algunos presidentes.

Compartir el artículo

stats