La Nueva España

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En cosa de política España es bi, no hay vueltas que darle. La anterior crisis económica y sus largas secuelas produjeron fracturas en los dos grandes partidos, de los que se desgajaron satélites con vocación de nuevos planetas, mientras brotaba de nuevo la legendaria flor del centro, pero el bipartidismo ha renacido de sus cenizas: los últimos reductos de Ciudadanos están siendo capturados por el PP, Ayuso le ha puesto a Vox el freno en el hombro (una técnica de las chicas en el baile agarrao de mi tiempo) y la nueva izquierda a la izquierda del PSOE pierde a su caudillo carismático y mentor. Un bipartidismo para la segunda restauración, que emulara la alternancia del canovismo, era el sueño de los constituyentes de 1977. Así que bien mirado la bipolaridad vendría del propio diseño del invento, no de una radicalización de anteayer. Solo son nuevos los ojos que la miran.

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