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Josefina Velasco

La historia salvada

Archivos: guardianes del pasado, gestores del presente

La Organización Internacional de Archivos (ICA) solicitó a las Naciones Unidas, tras el Congreso Internacional celebrado en Viena en el año 2004, tener un Día Internacional de los Archivos. La Asamblea General de la ONU, de noviembre del 2007, oficializó la fecha del 9 de junio. Fue ese el día elegido en recuerdo otro igual anterior, de 1948, en el que se había creado el ICA bajo los auspicios de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

La historia de los archivos es tan vieja como la de las civilizaciones y pueblos que habitan este viejo planeta. Sin embargo, dejando atrás lo más remoto y ajeno a nuestro entorno, España, rica en su Historia, dispone de un conjunto de archivos, guardianes de millones de documentos imprescindibles para conocer el devenir de amplias zonas del planeta. En 1588, en un imperio en el que «no se ponía el sol», Felipe II otorgó la «Instrucción para el Gobierno del Archivo de Simancas»; en 1785 Carlos III crea el Archivo General de Indias en Sevilla para guardar y organizar la documentación de la administración de los territorios ultramarinos; el «Archivo Histórico Nacional, desde 1866, reúne gran parte de la documentación administrativa, generada por el Estado español en los siglos XVIII, XIX y XX, y una enorme variedad de fondos documentales procedentes de organismos públicos y ciudadanos privados producidos desde la Edad Media». Otros territorios disponen también de antiguos fondos documentales reunidos en archivos que son fuente insustituible para el estudio de todos los acontecimientos históricos, pero, además son salvaguarda de los derechos; lugares a donde acudir para conocer el ayer y preservar los derechos en el hoy.

Allí donde hay un archivo bien dotado, cuidado, organizado y seguro, tendremos un apoyo irreemplazable para la toma de decisiones del presente y el conocimiento seguro del pasado. Los enemigos de los archivos han sido siempre los mismos. Desastres naturales aparte, la intencionalidad de borrar huellas feas, fechorías inaceptables, han hecho de los archivos y de las bibliotecas los enemigos a batir por los tiranos. Afortunadamente lo salvado ha sido mucho. Hoy, gracias a los avances de la informática aplicada a la gestión documental y a la poderosa internet, es posible acceder a gran cantidad de fondos archivísticos. A nivel nacional PARES (Portal del Archivos Españoles) es un ejemplo en expansión, al igual que lo es todo el desarrollo de la administración electrónica, base de los nuevos archivos electrónicos, que ya son presente de gestión y serán futuro de conservación de lo que hoy hacemos. Nos acercan al antes y cuidan el después.

Mas cerca, Asturias dispone de un patrimonio documental de incalculable valor para conocer lo que fue, gestionar lo que es y afianzar lo que será. Desde un medievo remoto ya –como el sonido ronco y estremecedor de la vieja “Wamba”, la campana tan de moda que siempre estuvo aquí– nos llegan documentos ilegibles, salvo para entendidos, consultas indispensables de historiadores al archivo de la Catedral o del venerable Monasterio Benedictino de San Pelayo. Pero hay otros, con tesoros antiguos, como los de los Ayuntamientos de Oviedo, Avilés, Gijón por supuesto; y también muchos de medianos o pequeños que han puesto desde hace décadas, o lo están haciendo, sus fondos documentales en orden, porque son la vida narrada de sus territorios. Archivos privados o de empresas han tomado conciencia de la importancia del patrimonio documental que tienen, no solo para ellos sino para todos. La administración del Principado de Asturias ha regulado su propia red con punto de encuentro en el Archivo Histórico de Asturias, liberado de la falta de espacio en la antigua Cárcel Modelo de Asturias, paradoja loable. Tal vez porque retos nuevos hay que ponerse, dinamizar un portal de archivos asturianos no fuera malo.

Apenas cuatro décadas de historia tiene nuestro Archivo de la Junta General del Principado de Asturias, el Parlamento de nuestra Comunidad Autónoma. Es joven, apenas su documentación propia ha entrado en las tres décadas que aconsejan el paso a la fase de selección para la historia. Le sucede lo mismo que a la mayoría de los archivos parlamentarios españoles, al margen de los que tienen fondos heredados o donaciones especiales. Solo las Cortes Generales, Congreso y Senado, con historia decimonónica rica se salvan de esa juventud. En el caso del Archivo de nuestro parlamento, podemos concluir que es depósito final de los documentos generados por la Cámara desde su creación en 1982, con independencia de su soporte o formato; que es básico para conocer no solo la actividad parlamentaria, sino además para completar la «película de 40 años de nuestra vida como Autonomía», pues además de hacer leyes o controlar e impulsar la acción del gobierno, la Junta General es un reflejo de la sociedad, de sus momentos, inquietudes e intereses, de sus suertes y desgracias. Para comprobarlo, en este Día Internacional de los Archivos, les invitamos a nuestro apartado de la web. Tal vez haya algo de su interés.

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