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Lógico agradecimiento de la Fundación Valdés-Salas

Una manera de continuar la labor del fundador de la Universidad de Oviedo

Mucho agradecemos todos los que formamos parte de la Fundación Valdés-Salas esta distinción, que debemos a la generosidad de LA NUEVA ESPAÑA. Pero, simultáneamente, creo que es obligado, como miembro muy veterano de esa Fundación, señalar algunos datos concretos de las tareas que en ella se desarrollan. En principio, el nombre que lleva es el de Fernando Valdés, un personaje extraordinario y clave para poder explicar nada menos que muchos acontecimientos históricos extraordinarios.

Lógico agradecimiento de la Fundación Valdés-Salas

Para empezar, nos encontramos con su papel clave en el momento de la Reforma. Son notables sus conexiones con intelectuales y eclesiásticos españoles y europeos muy importantes, también con políticos, evidentemente con el Papado y con el Emperador Carlos. Pero también, se había ocupado de que el nivel intelectual relacionado con la Iglesia española alcanzase una altura notable. Su enlace con el papel que tuvo Cisneros adquirió notable importancia y, como suele ocurrir, también se vio obligado a reaccionar, no sólo ante cuestiones teológicas, sino también ante maniobras políticas, para frenarle el acceso al Arzobispado de Toledo. Como compensación, recibió el de Sevilla y, además, pasó a convertirse en el hombre clave de la Inquisición española. En ella, despreció actuaciones contra vulgares brujerías rurales, y centró su actividad ante una herejía que conmovía, en multitud de sentidos, a la Iglesia católica.

Dándose cuenta de las raíces intelectuales, precisas para una victoria en este sentido, y buscando el modelo universitario creado por Cisneros, decidió que en Oviedo existiese una Universidad, sufragada personalmente por él en su testamento.

Pero además de la Universidad de Oviedo, no descuidó la localidad donde había nacido. A él se debe la creación, en Salas, de una Colegiata, y en ella decidió se ubicase su sepultura, encargándole a nada menos que Pompeyo Leoni, el mausoleo, que es, realmente, una maravilla que sigue llamando la atención a todo el que se acerca a la villa de Salas.

Pero la Fundación actual que lleva su apellido, no sólo se dedica al Arzobispo Valdés, sino que abarca nada menos que al análisis de las realidades históricas y de las actuales, que existen en el Concejo de Salas. Por ello, gracias a esa Fundación, podemos admirar las maravillas de la Iglesia de San Martín, tanto históricas –como consecuencia del papel que a ella se vinculó de un Alfonso X que intentó recrear el superado reino de Asturias–, como artísticas, en su arquitectura y en sus objetos de los siglos VIII y IX, verdaderamente maravillosos, que se conservan ahora gracias a la Fundación Valdés-Salas en un edificio que era de los Valdés. Los Valdés parece que constituyeron un núcleo comerciante importante atraído a Salas a partir del momento en que, gracias a la decisión de Alfonso X el Sabio, surgió una entidad antifeudal urbana denominada la Pola de Salas del Anonaya, localidad donde se asentaron los Valdés y que llegó a defender el funcionamiento del mercado libre de cereales hacia Oviedo, edificando un Castillo que permitía enlazar, sin problemas, con el tráfico hacia el centro de Asturias.

Además de todo lo anterior, la Fundación Valdés-Salas ha ampliado sus investigaciones sobre todos los aspectos interesantes del Concejo, encabezados por el Monasterio de Cornellana, unido, a su vez, a una zona fluvial que llegaba al mar, viniendo de otra que sigue teniendo posibilidades mineras de oro, y que ha sido analizada, también, por la Fundación Valdés-Salas para conocer datos de las etapas romanas y visigodas e, incluso, de los actuales momentos.

Y esta Fundación se ha vinculado, igualmente, con la búsqueda de altos niveles intelectuales, culminados, en Salas, en lo religioso, con el Santuario de la Virgen del Viso y, al mismo tiempo, de modo creciente, con la recuperación de trabajos literarios, de música local, y de renovación de recuerdos históricos, como sucede en La Espina con aquella célebre leprosería alzada en el Camino de Santiago, llamada de Santa María de Bazar.

Todo este esfuerzo ha sido destacado en estos momentos gracias a la generosidad de LA NUEVA ESPAÑA, diario que ha heredado la importancia de la prensa ovetense, que mucho papel tuvo en la cultura y en la vida política asturiana. Diarios como “El Carbayón” o “Avance”, políticamente muy dispares y desaparecidos ambos en la Guerra Civil, habían creado, con los otros diarios asturianos, un ambiente cultural extraordinario. Por eso, el ser premiados, precisamente, por LA NUEVA ESPAÑA, nos enorgullece, y mucho lo agradecemos todos los que hemos dirigido, en algún momento, esta Fundación.

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