Como presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas no puedo más que congratularme por la decisión del jurado de los premios “Princesa de Asturias” de conceder el de Investigación Científica y Técnica 2021 a los responsables del diseño y la elaboración de las vacunas que constituyen nuestra esperanza de superar esta pandemia.
Me gustaría destacar el hecho de que sea una candidatura colectiva: Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Uður Þahin, Özlem Türeci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert, porque más allá de sus contribuciones individuales, los siete premiados reflejan muy bien el extraordinario esfuerzo colectivo, la generosidad y el compromiso de que hemos hecho gala los científicos en la lucha por encontrar una solución a esta pandemia.
Es de destacar que los premiados pertenezcan tanto a entidades públicas como privadas: universidades, centros de investigación, y empresas (algunas de las cuales nacieron como empresas de base tecnológica). Un ejemplo más de cómo la apuesta continuada por la investigación básica acaba llevando soluciones al mercado y resolviendo los problemas de la sociedad.
La diversidad de nacionalidades y de laboratorios en los que trabajan los galardonados también refleja ese esfuerzo universal, que ha permitido frenar el avance del virus y su impacto social en un tiempo récord; este logro hubiera sido impensable hace tan solo dos años. Solo me queda trasladar a los premiados mi más sincera enhorabuena, por recibir este prestigioso reconocimiento, que tanto representa para mí, como científica y asturiana.