“Si trazáramos un mapa que incluyera todos los mitos, tendríamos el dibujo exacto del alma humana”. Esa cita está tomada de “Visión desde el fondo del mar”, del poeta catalán Rafael Argullol, y es una de las que Mireia Rosich ha elegido para introducir la lectura de su libro “En la estela del mito. Doce figuras femeninas de la Antigüedad clásica”.
Las aventuras y desventuras de los dioses, los héroes y los mortales que acaban enredados en sus intrigas siguen siendo fascinantes, porque en ellas la humanidad tiene un espejo en el que mirarse. Siempre han funcionado así: personajes y relatos en los que se refleja lo bueno y lo malo que hay en nosotros y en los demás, y con los que entablar un diálogo que bien llevado puede resultar muy revelador, además de entretenido.
Cuando las cosas se ponen realmente feas –como en los últimos meses– busquen refugio en los clásicos. Eso es lo que parecen decir algunos de los eventos culturales más reseñables de esta temporada, como la exposición “Pasiones mitológicas”, que se clausura hoy en el Museo Nacional del Prado. El libro de Mireia Rosich, editado por Kairós, es otro de ellos.
La historiadora del arte y directora del Museo Víctor Balaguer de Vilanova y la Geltrú, en Barcelona, interpreta a su manera doce personajes femeninos y en ellos anima a sus lectores a “destilar aquello que el mito aporta para la vida”. Ella inició ese viaje de autoconocimiento en 2006, cuando otra mujer le habló del rapto de Perséfone y lo comparó con los raptos vitales a los que todos, sobre todo las mujeres, estamos expuestos a lo largo de nuestra existencia. Para Mireia Rosich aquello fue una revelación y a partir de entonces empezó a ver las representaciones artísticas de Perséfone, que son infinidad a lo largo de los siglos, bajo una nueva dimensión. Siguió leyendo, estudiando, ahondó en nuevos mitos, empezó a escribir artículos, a dar charlas y todo ello desembocó en un libro que presentó hace unas semanas.
“En la estela del mito” es una guía por ese viaje iniciático en el que se embarcó Mireia Rosich y al que invita a los curiosos. Está dedicada a doce mujeres, tan míticas como reales, a través de las que explora la feminidad y sus arquetipos. Está la inteligente Ariadna, las libertinas Ménades, la curiosa Pandora, la apasionada Helena, las aguerridas Amazonas, las proféticas Sibilas, la seductora Circe, las embaucadoras Sirenas, Penélope y su determinación, la fecunda Dánae, la indefensa Andrómeda y, por último, las Hespérides y el Jardín del Paraíso. La escritora amalgama en cada capítulo sus conocimientos sobre el mito literario y artístico y con sus reflexiones arroja luz sobre el misterio que se encierra en él.
Como Rosich, Carmen Estrada actualiza la lectura del mito. Neurocientífica jubilada, traductora de la “Odisea” y buena conocedora del texto homérico, Estrada ha publicado recientemente “Odiseicas. Las mujeres en la Odisea” (Seix Barral). En sus páginas cuestiona los estereotipos ligados a las protagonistas de ese clásico. Vuelven a aparecer en el libro Circe y Penélope, y con ellas Calipso, Ino Leucótea, Atenea, Nausicaa, Arete, Euriclea y las doce esclavas que acogieron a los pretendientes de Penélope en Ítaca. Bajo el escrutinio de su mirada a menudo esas mujeres dejan de ser juguetes de los hombres y del destino, se rebelan, son libres e independientes. Son ellas las que impulsan al héroe y hacen que el relato avance. Ahora somos capaces de verlas así, más poderosas, probablemente porque es nuestro reflejo, una vez más, el que vemos en ellas.
