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Antonio Trevín

En Génova tienen un problema

De la Gürtel a la Kitchen: los errores del PP

La ex secretaria general del PP y ex ministra María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro (en el extremo derecho de la foto), salen del Congreso de los Diputados, después de la comparecencia de Cospedal en la Comisión de Investigación Eduardo Parra - Europa Press

En marzo de 2009, Garzón, que investigaba la financiación ilegal del PP, ordena las primeras detenciones de la operación Gürtel. Veintiún años después los populares siguen con esa cruz. En Génova tienen un problema.

Rajoy compareció, entonces, ante la prensa: “No es una trama del PP, es una trama contra el PP”. Cabalgaron una mentira salvaje y siguen sin apearse.

En 2013 salen las acusaciones de sobresueldos, en negro, a dirigentes del PP y la contabilidad B. “Todo es falso”, dijeron. Resoluciones judiciales posteriores los dejaron en evidencia.

Una cosa declaraban en público y otra, muy distinta, hacían en privado. El Comisario García Castaño confirmó, en la Comisión parlamentaria Kitchen, que en 2013 en Interior hubo una reunión para organizar la que él denominó “Operación Cataluña”, conocida popularmente como Policía Patriótica o Policía Política.

Afirmó que asistieron “un ministro y un secretario de Estado”, agentes policiales” de todo el espectro” y él mismo. Trataban de investigar, con métodos heterodoxos, a políticos catalanes nacionalistas o independentistas:“Todo por la Patria”. El “patriotismo”, que predicaban, derivó en espionaje a adversarios políticos diversos y en “borrado” de las huellas de Gürtel.

Pero, jueces y policías decentes los han “pillao con el carrito del helao”. Fernández Díaz, su segundo Francisco Martínez, la exsecretaria general Cospedal y el expresidente Rajoy tienen por delante avatares judiciales que no les resultarán sencillos. Respetemos, hasta que haya sentencia, su presunción de inocencia.

Sin embargo, en el PP hay sectores que los tratan ya como a Bárcenas: “Esas personas por las que usted me pregunta”. Rajoy, según García Castaño, recibía información del tema a través de Villarejo y de su amigo Mauricio Casal, presidente de “La Razón”. Curiosamente dicho periódico titulaba recientemente: “Rajoy, sobre Bárcenas: Haced lo que haga falta para frenarle”.

Dicho medio de comunicación, muy próximo a los populares, publicó recientemente sobre el ahora registrador: “En el partido le señalan como el máximo responsable de las presuntas órdenes que llevaron a implicar a su Gobierno y a su partido en las turbias relaciones con las alcantarillas del Estado para detener a Bárcenas”. Y el pasado viernes Villarejo ratificó ante el juez el interés del expresidente por estar informado sobre “a Kitchen. No creo en casualidades.

Alguien debía advertir a los populares que este lío no acaba en Rajoy y Bárcenas. Empezó con donaciones en B y sobresueldos al gobierno de Aznar. Y continuó camuflando las visitas de Villarejo a Génova cuando Casado formaba parte de su dirección política.

Necesitan una reacción contundente para no seguir a remolque de los acontecimientos. Por su propio interés. Y por el de nuestra democracia, de la que son pieza clave.

El olvido, hoy y en este caso, es imposible porque como sentenció Jure Keplic: “Lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas, pero lo que ocurre en Twiter se queda en Google para siempre”.

Y en Twitter están día sí y día también.

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